Si los titulares en Israel sirven de algo, la solicitud del fiscal jefe de la Corte Penal Internacional de una orden de arresto contra el primer ministro Benjamin Netanyahu parecía haberle concedido al líder israelí uno de los giros más fortuitos en su larga y turbulenta carrera política.
“La Hipocresía de La Haya”, rezaba la portada del martes del Yediot Ahronot, un diario popular y de corriente principal que a menudo ha sido crítico con el Sr. Netanyahu.
Eco de la indignación expresada por los israelíes en todo el espectro político, y abandonando cualquier apariencia de imparcialidad, la portada denunció “el descaro intolerable” del fiscal jefe, Karim Khan, por lo que describió como poner a Israel al lado de los líderes de Hamas que “buscan aniquilarlo”.
La amenaza de órdenes de arresto recae sobre el Sr. Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, así como tres líderes de Hamas, por cargos de crímenes de guerra derivados del devastador ataque liderado por Hamas en Israel el 7 de octubre y la punitiva campaña de represalias de Israel en Gaza.
Pareció galvanizar ampliamente a su oposición. Los rivales políticos en Israel ofrecieron su apoyo. Los funcionarios estadounidenses, que habían sido críticos con su plan de invadir Rafah, condenaron enérgicamente la acción del I.C.C.