En la Península de Yucatán de México, entre los vastos bosques y sitios arqueológicos, se encuentra la impresionante ciudad de Chichén Itzá. Esta antigua metrópolis Maya es famosa por su arquitectura, intrincada mitología y reverencia a Kukulkán, el dios serpiente emplumada.
Un “serpiente visionaria” en la cultura Maya, Kukulkán representaba una conexión importante entre el mundo físico y el mundo espiritual, y jugaba un papel en muchas de las tradiciones sociales y religiosas de la gente.
La Importancia Mitológica de Kukulkán
El dios Kukulkán es una figura importante en la historia Maya, remontándose al período clásico Mesoamericano prehispánico (250 al 900 d.C.). Los Maya Yucatecos atribuían sus hábitos de vida y prácticas agrícolas a la benevolencia de este dios, entre otras deidades.
Sin embargo, Kukulkán, también conocido como Quetzalcóatl entre los Aztecas, era más que una deidad adorada por los pueblos Maya; era un dios creador, simbolizando la interconexión de la vida, el inframundo y el cielo.
La mitología Maya a menudo representa a Kukulkán como una serpiente emplumada porque las serpientes eran símbolos de la vida por encima y por debajo de la tierra, mientras que las criaturas aladas eran símbolos del cielo.
Conexión con el Azteca Quetzalcóatl
El nombre de la deidad Maya refleja esta dualidad. En Maya Yucateco, “kukul” significa emplumado y “kan” significa serpiente. El nombre del dios Azteca, Quetzalcóatl, sigue un razonamiento similar. En Náhuatl, que es el idioma Azteca, “quetzal” es un pájaro acollarado, y “coatl” es una serpiente.
Historia de Origen de Kukulkán
En una historia Maya, Kukulkán era a la vez un niño y una serpiente. A medida que el niño crecía, su hermana, que lo amaba, lo mantenía en una cueva y lo alimentaba.
Cuando el niño superó la cueva, se vio obligado a irse, lo que causó un temblor en la tierra. Según la historia, Kukulkán continúa causando terremotos cada verano para hacerle saber a su hermana que sigue vivo.
Chichén Itzá: El Templo de El Castillo y Kukulkán
Un ejemplo muy famoso de Kukulkán existe en El Castillo, un templo en la ciudad precolombina de Chichén Itzá en la Península de Yucatán.
El imperio Maya una vez abarcó lo que ahora es el centro de México, Guatemala y partes de El Salvador y Honduras. Con una población que podría haber sido de 10 a 15 millones de personas, los pueblos Maya necesitaban ciudades grandes donde la gente pudiera formar comunidades y adorar juntos.
Una de esas ciudades era Chichén Itzá, el centro Maya más importante de la región norte.
Aunque una vez fue el hogar de 35,000 Maya, la ciudad es ahora un sitio arqueológico en el Municipio de Tinum en Yucatán, México. En su núcleo se encuentra El Castillo, un icónico templo piramidal dedicado a la serpiente emplumada Kukulkán.
También conocido como el Templo de Kukulkán, la imponente estructura presenta tallados de cabezas de serpiente en piedra a lo largo de su escalinata norte, simbolizando la presencia y poder de la deidad. Con cuatro lados, cada uno con 91 escalones, y un solo escalón hasta la plataforma superior, el famoso templo tiene un total de 365 escalones. Esto es igual al número de días en un año solar.
Más allá de su significado religioso, Chichén Itzá fue un centro de aprendizaje e intercambio cultural durante el período clásico de la civilización Maya. La arquitectura y simbolismo dentro de sus templos, incluyendo en El Castillo, reflejan la profunda comprensión de los Maya sobre astronomía, matemáticas y mitología.
El Regreso de Kukulkán
Para los antiguos Maya, celebrar a Kukulkán era esencial para mantener el equilibrio en el mundo. Honraban al dios durante todo el año, pero también había momentos especiales de celebración.
Por ejemplo, todos los años durante el mes de Xul en el calendario Maya, la gente celebraba un festival que implicaba ayunar durante cinco días. Esto estaba destinado a prepararlos para la llegada del dios serpiente alado, que descendería sobre ellos desde su templo al final del festival.
Durante los equinoccios de primavera y otoño, la sombra proyectada por la pirámide crea una ilusión fascinante de una serpiente masiva descendiendo los escalones del templo. Los académicos debaten si los Maya crearon este efecto intencionalmente o no, pero la evidencia sugiere que fue deliberado.
De cualquier manera, el fenómeno es una maravilla arquitectónica que cautiva a los visitantes del sitio arqueológico.
Según las creencias Maya, cada vez que la sombra crea el cuerpo de la serpiente emplumada, esto es Kukulkán regresando a la tierra para bendecir a su gente y bañarse en las aguas cercanas antes de nadar el resto del camino hacia el inframundo.
Legado de Kukulkán y Chichén Itzá
La llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI marcó un capítulo oscuro en la historia de Chichén Itzá y los pueblos Maya. La conquista española puso fin a la autonomía de la civilización, así como a la supresión de las prácticas religiosas indígenas.
La ciudad una vez próspera, con sus templos dedicados a Kukulkán y otros dioses, cayó en ruinas, sus secretos enterrados bajo la sombra de la colonización.
Hoy en día, el sitio arqueológico es un testimonio del legado perdurable de Kukulkán y la civilización Maya. A pesar de siglos de negligencia y destrucción, el sitio continúa inspirando asombro y maravilla, atrayendo a más de 2 millones de visitantes anualmente de todo el mundo para maravillarse de sus templos y de la serpiente emplumada de El Castillo.
Este artículo fue creado en conjunto con tecnología AI, luego fue verificado y editado por un editor de HowStuffWorks.
Artículo original: Kukulkán: La Serpiente Emplumada de la Mitología Maya
Derechos de autor © 2024 HowStuffWorks, una división de InfoSpace Holdings, LLC, una Compañía de System1