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La criptomoneda ahora es tan común que forma parte del discurso electoral de 2024. En un momento en el que la retórica política sobre el tema se intensifica, es importante tener en cuenta que más de 50 millones de estadounidenses de todas las tendencias políticas han sido propietarios de criptomonedas, y que esto es un tema bipartidista natural. Desafortunadamente, una minoría vocal ha persistido en promover la falsa narrativa de que el principal uso de las criptomonedas es el lavado de dinero o las finanzas ilícitas.
La realidad es que la criptomoneda es una herramienta poderosa para rastrear y detener a los criminales, por lo que la mayoría de los delincuentes evitan utilizarla. Estimaciones recientes sitúan la actividad ilícita en blockchain en aproximadamente un 0,34% de todas las transacciones. La gran mayoría de estas transacciones ilícitas se producen en el extranjero en bolsas no reguladas o poco reguladas.
Entonces, ¿por qué escuchamos tan a menudo sobre crímenes en la cadena de bloques? Precisamente porque, a diferencia de los billetes de $100 que son tan populares entre muchos criminales, las criptomonedas son fáciles de rastrear. El hecho de que podamos identificar y rastrear fácilmente actividades ilícitas es una prueba de que la blockchain puede ayudar realmente a la aplicación de la ley. En contraste, los delitos con dinero en efectivo se informan con menos frecuencia porque son increíblemente difíciles de rastrear.
Cuando se trata de facilitar la actividad criminal, el efectivo sigue siendo insuperable. Su naturaleza inrastreable y anónima lo convierte en la herramienta perfecta para los actores malintencionados. En los Estados Unidos solo, las estimaciones sugieren que hasta un 33% del efectivo en circulación está siendo utilizado por criminales y defraudadores fiscales.
Según datos del Departamento del Tesoro, menos del 0,5% de los aproximadamente $2 billones de dólares que se blanquean globalmente cada año están relacionados con las criptomonedas. Y eso solo tiene en cuenta el dinero blanqueado que conocemos, en gran parte a través del sistema financiero tradicional y sin contar el dinero en efectivo.
En contraste, la tecnología blockchain, que sustenta todas las criptomonedas, ofrece a las agencias de aplicación de la ley un nivel de transparencia sin precedentes. Cada transacción queda registrada permanentemente en un libro mayor público, lo que la hace infinitamente más rastreable que el efectivo. Esta transparencia puede aprovecharse para rastrear y desmantelar redes criminales a una velocidad incomparable con cualquier otra tecnología financiera.
Por ejemplo, nuestro equipo de Inteligencia Global en Coinbase trabajó estrechamente con la Policía Metropolitana de Londres después de un violento asalto en el hogar en el que un desarrollador de contratos inteligentes fue obligado a transferir criptomonedas a los agresores. El análisis de blockchain rastreó rápidamente los fondos robados, lo que llevó a una investigación en curso sobre los perpetradores. Este caso ejemplifica cómo la blockchain puede inclinar la balanza a favor de la aplicación de la ley.
Verdaderos logros en la lucha contra el crimen
Nuestra colaboración con las fuerzas del orden ha llevado a victorias significativas. En abril de 2023, la ala militar de Hamás, las Brigadas Al-Qassam, cesó la recaudación de Bitcoin porque era demasiado fácil de rastrear por la inteligencia israelí utilizando análisis de blockchain. De manera similar, el gobierno israelí incautó $1,7 millones en criptomonedas de billeteras relacionadas con Hezbollah, gracias a las herramientas proporcionadas por Chainalysis.
Los esfuerzos coordinados con Seguridad Nacional también llevaron a la identificación y detención de un actor importante en una estafa de phishing que apuntaba a más de 1,000 usuarios de Coinbase, lo que resultó en la recuperación de $28.6 millones. Cada uno de estos casos subraya un punto crucial: la criptomoneda no es el enemigo; es un aliado formidable en la lucha contra las actividades ilícitas.
La idea de que la criptomoneda es sinónimo de criminalidad es un mito clásico. Al igual que en los primeros días de internet y los teléfonos, las nuevas tecnologías a menudo enfrentan escepticismo y miedo. Sin embargo, al igual que estas tecnologías se convirtieron en herramientas esenciales en la vida moderna, la criptomoneda también puede ser una fuerza para el bien.
La transparencia de la criptomoneda es única para ser una herramienta para detener la actividad criminal, no para habilitarla. A diferencia de los sistemas financieros tradicionales, que están envueltos en secreto por diseño, las redes blockchain mantienen a todos honestos. Por ejemplo, ejercicios conjuntos recientes entre Coinbase y las fuerzas del orden identificaron rápidamente más de 1,450 posibles víctimas en todo el ecosistema y rastrearon millones de dólares en fondos ilícitos sospechosos, demostrando el potencial de la criptomoneda en la prevención del crimen.
Todo esto subraya por qué es hora de dejar de lado la narrativa anticuada de los vínculos entre la criminalidad y la criptomoneda, y comenzar a enfocar nuestra energía en los beneficios del mundo real. Reduzcamos nuestra dependencia del efectivo y abracemos un futuro financiero que funcione para todos, en todo el mundo.
Kristin Smith es una veterana del Ejército y directora ejecutiva de la Asociación Blockchain. Las opiniones expresadas en los artículos de opinión de Fortune.com son únicamente las opiniones de sus autores y no reflejan necesariamente las opiniones y creencias de Fortune.
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