La orden del presidente Trump de que Estados Unidos salga de la Organización Mundial de la Salud podría deshacer programas destinados a garantizar la seguridad, la protección y el estudio de un virus mortal que una vez cobró la vida de medio billón de personas, advierten los expertos. Su retiro, agregan, podría poner fin a décadas en las que la agencia dirigía la gestión de restos del virus de la viruela en un almacén estadounidense.
Los expertos en salud advierten que la interrupción de la supervisión de la O.M.S. pone en peligro las medidas de precaución contra la filtración del virus en el mundo, y podría interrumpir la investigación sobre contramedidas contra la enfermedad letal. Añaden que también podría generar temores entre aliados y adversarios de que Estados Unidos, bajo un velo de secreto, pudiera utilizar el virus de la viruela como arma.
“He estado en ese laboratorio”, dijo Thomas R. Frieden, ex director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Atlanta, donde se encuentra el almacén estadounidense. “Imagínense un submarino dentro de un edificio y la gente caminando alrededor con trajes espaciales. Parece sacado de una película”. Para reducir los riesgos de la viruela y las percepciones equivocadas, el Dr. Frieden agregó: “necesitamos abrirnos a inspección”.
El lunes, Daniel R. Lucey, profesor de medicina en Dartmouth, publicó un artículo en el blog de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos advirtiendo que la salida de la O.M.S. de Trump podría poner en peligro “el almacenamiento, los experimentos, los informes y las inspecciones del virus de la viruela”.
Hace medio siglo, la O.M.S. erradicó el virus de la viruela de la población humana después de que la plaga hubiera matado a personas durante miles de años. El Dr. Frieden lo calificó como “uno de los mayores logros no solo de la ciencia médica, sino de la colaboración global”.
Si bien el germen fue erradicado en las personas, se preservaron dos almacenes para permitir el estudio del virus en caso de que volviera a aparecer: uno en Atlanta y otro en Rusia. Para evitar fugas, ambos almacenes se almacenan en laboratorios especiales clasificados como Bioseguridad Nivel 4, el más alto nivel de protección.