El nuevo presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, se postuló como candidato reformista. Pero cuando anunció el domingo que sus nominados al gabinete incluían varios conservadores y solo una mujer, enfrentó una fuerte reacción, con un vicepresidente de alto perfil renunciando y aliados políticos acusándolo de abandonar las promesas de campaña de traer cambio.
La renuncia el domingo de Mohammad Javad Zarif, quien había sido nombrado vicepresidente de estrategia y había encabezado un comité de búsqueda para las nominaciones del gabinete, sorprendió a los círculos políticos de Irán. Había sido un rostro prominente de la campaña del Sr. Pezeshkian, viajando por todo el país y diciéndoles a los votantes que dieran una oportunidad al cambio. Ahora, estaba abandonando al gobierno en una muestra pública de profundas divisiones antes de que ni siquiera se formara.
En una publicación en su cuenta de Instagram, el Sr. Zarif dijo que se había vuelto claro para él que no podía traer el tipo de cambio interno que la gente esperaba.
“No estoy satisfecho con el resultado de mi trabajo, y me avergüenza no haber logrado adecuadamente lo que había prometido sobre la representación de mujeres, jóvenes y etnias y la opinión experta de los comités”, dijo.