Hace treinta años, en la transición de apartheid a la democracia en Sudáfrica, Fergal Keane regresa a un país donde la violencia política está en aumento en una región clave para ver qué ha sucedido con las esperanzas y promesas de una nación mejor.
Línea gris corta de presentación
Thembinkosi Lombo puede que no haya conocido al hombre que le disparó, pero es probable que conociera a la persona que ordenó el ataque.
Thembinkosi Lombo, un concejal local de 35 años del Congreso Nacional Africano (ANC) de Sudáfrica, fue asesinado a tiros en Greytown, en la provincia costera oriental de KwaZulu-Natal, el año pasado.
Dejó atrás a una esposa y nueve hijos – el más joven con apenas dos meses de vida.
Su madre, Lindeni Lombo, de 75 años, nos dice que cree que el asesinato fue una obra interna.
“Alguna vez me dijo que había coches sospechosos que lo seguían”, dice. “Me dijo que dentro del ANC había alguna rivalidad: entre los que estaban en contra y los que estaban a favor de él”.
Un joven de 20 años fue arrestado y acusado de asesinato en marzo del año pasado. En los últimos 12 meses, más de 20 concejales han sido asesinados en la región, lo que eleva a más de 150 el número de representantes electos y funcionarios de gobierno local asesinados en más de una década.
'Luchando por puestos'
La Sra. Lombo guarda un gran cartel electoral de su hijo como recuerdo de su vida y de su orgullo por su victoria en las elecciones. Ella vive en el distrito que él representaba, una remota comunidad rural en las ondulantes colinas de KwaZulu-Natal.
Sobre el aumento más amplio de la violencia política, dice: “Están luchando por puestos”.
“La gente quiere puestos más altos en el municipio, en los consejos, y están peleando todo el tiempo, compitiendo por territorio. Quieren dinero”.
El Ministro de la Policía, Bheki Cele, dijo que la mayoría de los concejales muertos habían sido víctimas de batallas políticas internas. La mayoría eran del ANC.
El cargo electo puede otorgar acceso a los presupuestos del gobierno local. Miles de millones de rands se han perdido por corrupción que involucra a funcionarios y políticos.
En un caso notorio, el programa de nutrición escolar en la provincia colapsó debido a la corrupción, dejando a miles de niños de familias pobres sin comidas escolares.
'Hijos del paraíso'
Esto está sucediendo en una nación cuya gente fue prometida paz después del fin del apartheid.
Hace treinta años este mes, al recibir el Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela prometió que los sudafricanos se convertirían en “hijos del paraíso” reconociendo su humanidad compartida.
Montserrat Solano