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La presidente de la Universidad de Columbia, Minouche Shafik, renunció el miércoles después de un breve y tumultuoso mandato que vio a la jefa de la prestigiosa universidad de Nueva York enfrentarse a una fuerte escrutinio por su manejo de protestas y divisiones en el campus sobre la guerra Israel-Hamas.
La escuela de la Ivy League en el norte de Manhattan fue sacudida este año por manifestaciones estudiantiles, culminando en escenas de policías llevando bridas de plástico y escudos anti disturbios asaltando un edificio que había sido ocupado por manifestantes pro palestinos. Protestas similares barrieron los campus universitarios de todo el país, con muchas llevando a choques violentos con la policía y miles de arrestos.
El anuncio también llega apenas días después de que la escuela confirmara que tres decanos habían renunciado luego de que funcionarios afirmaran que intercambiaron mensajes de texto despectivos durante una discusión en el campus sobre la vida judía y el antisemitismo.
Shafik también estaba entre los líderes universitarios llamados a declarar ante el Congreso a principios de este año. Fue duramente criticada por los republicanos que la acusaron de no hacer lo suficiente para combatir las preocupaciones sobre el antisemitismo en el campus de Columbia.
Shafik, quien comenzó en el cargo en julio del año pasado, anunció su renuncia en una carta enviada por correo electrónico a la comunidad universitaria justo unas semanas antes del comienzo de las clases el 3 de septiembre. La universidad comenzó el lunes a restringir el acceso al campus a personas con identificaciones de Columbia y a invitados registrados, diciendo que quería frenar las “posibles interrupciones” a medida que se acerca el nuevo semestre.
En su carta, Shafik celebró “progresos en varias áreas importantes” pero lamentó que durante su mandato fue “difícil superar divergencias de opiniones en nuestra comunidad”.
“Este periodo ha tenido un alto impacto en mi familia, al igual que para otros en la comunidad”, escribió. “Durante el verano, he podido reflexionar y he decidido que mi partida en este momento permitiría mejor a Columbia atravesar los desafíos por venir.”
Por su parte, la Junta de Fideicomisarios de Columbia anunció que Katrina Armstrong, CEO del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, se desempeñará como presidenta interina.
“Los tiempos difíciles presentan tanto la oportunidad como la responsabilidad para que surja un liderazgo serio de cada grupo e individuo dentro de una comunidad”, dijo Armstrong, quien también es la vicepresidenta ejecutiva de Ciencias de la Salud y Biomédicas de la universidad. “Al asumir este rol, soy muy consciente de las dificultades que la Universidad ha enfrentado durante el último año.”
Los manifestantes pro palestinos establecieron por primera vez campamentos de tiendas en el campus de Columbia durante el testimonio de Shafik ante el Congreso a mediados de abril, donde denunció el antisemitismo pero enfrentó críticas por su respuesta a docentes y estudiantes acusados de parcialidad.
La escuela envió a la policía para desalojar las carpas al día siguiente, sólo para que los estudiantes regresaran e inspiraran una ola de protestas similares en campus de todo el país, con estudiantes pidiendo que las escuelas cortaran lazos financieros con Israel y las empresas que apoyaban la guerra.
A medida que la protesta continuaba durante semanas, la escuela fue catapultada a la vista nacional. El presidente de la Cámara de Representantes republicano, Mike Johnson, se presentó para denunciar el campamento, mientras que la representante demócrata, Alexandria Ocasio-Cortez, llegó para apoyarlo.
Finalmente, las conversaciones entre la escuela y los manifestantes llegaron a un punto muerto, y cuando la escuela fijó una fecha límite para que los activistas desocuparan, un grupo tomó en su lugar el Hamilton Hall.
Incluso después de que las protestas fueran despejadas, Columbia decidió cancelar su ceremonia de graduación en toda la universidad, optando en su lugar por una serie de ceremonias más pequeñas y específicas de las escuelas.
El campus estuvo mayormente tranquilo este verano, pero un medio de comunicación conservador publicó en junio imágenes de lo que afirmaba eran mensajes de texto intercambiados por administradores mientras asistían al panel de discusión del 31 de mayo “Vida Judía en el Campus: Pasado, Presente y Futuro”.
Los funcionarios fueron removidos de sus cargos, con Shafik diciendo en una carta del 8 de julio a la comunidad escolar que los mensajes eran poco profesionales y “tocaron inquietantemente antiguos tropos antisemitas”.
Los críticos de Shafik rápidamente celebraron el fin de su mandato, que es uno de los más cortos en la historia de la escuela.
Johnson, el presidente de la Cámara, dijo que su renuncia era “más que oportuna” y debería servir como ejemplo de advertencia para otros administradores universitarios de que “tolerar o proteger a los antisemitas es inaceptable y tendrá consecuencias”.
El grupo de estudiantes Columbia Students for Justice in Palestine escribió en un post en la plataforma de redes sociales X que Shafik “finalmente recibió el mensaje” después de meses de protestas. El capítulo del campus de la organización Jewish Voice for Peace escribió que “no será apaciguado por su destitución, ya que la represión de la Universidad al movimiento estudiantil pro palestino continúa”.
Otros prominentes líderes de la Ivy League han renunciado en los últimos meses, en gran parte debido a su respuesta a las protestas volátiles en el campus.
La presidenta de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill, renunció en diciembre luego de menos de dos años en el cargo debido a la presión de los donantes y críticas por su testimonio en una audiencia del Congreso donde no pudo decir tras repetidas preguntas que los llamados en el campus para el genocidio de judíos violarían la política de conducta de la escuela.
Y en enero, la presidenta de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, renunció en medio de acusaciones de plagio y críticas similares a su testimonio ante el Congreso.
Shafik dijo que regresará al Reino Unido para liderar un esfuerzo de la oficina del secretario de Asuntos Exteriores para revisar el enfoque del gobierno hacia el desarrollo internacional.
“Estoy muy satisfecha y agradecida de que esto me brindará la oportunidad de volver a trabajar en la lucha contra la pobreza mundial y promover el desarrollo sostenible, áreas de interés de toda la vida para mí”, escribió.
Shafik fue la primera mujer en asumir el cargo, uniéndose a varias mujeres recién designadas al frente de las instituciones de la Ivy League.
La economista de origen egipcio había liderado anteriormente la London School of Economics, pero había dejado su marca en gran medida fuera de la academia con roles en el Banco Mundial, el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Inglaterra.
En el momento del nombramiento de Shafik, el presidente de la Junta de Fideicomisarios de Columbia, Jonathan Lavine, la describió como una líder con una “confianza inquebrantable en el papel vital que las instituciones de educación superior pueden y deben desempeñar en la resolución de los problemas más complejos del mundo”.
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El reportero de Associated Press, Jake Offenhartz, en Nueva York contribuyó a esta historia.
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