El maltratado y golpeado partido de la oposición de la India fue en gran medida descartado en la previa de las elecciones nacionales como demasiado débil y fragmentado para enfrentarse al primer ministro Narendra Modi y su poderoso partido gobernante hindú nacionalista. Marcó un sorprendente regreso, ralentizando el avance de Modi y empujando a su partido Bharatiya Janata por debajo de la mayoría. Es un territorio desconocido para el carismático primer ministro, que necesita la ayuda de sus aliados para mantenerse en el poder. Al mismo tiempo, los resultados electorales del miércoles marcaron un resurgimiento para el principal partido de oposición, el Congreso, y sus aliados, que desafiaron las predicciones de declive y lograron importantes avances en los bastiones del partido gobernante, reconfigurando el panorama político de la India. La sorpresa de la oposición incluyó el éxito en una fortaleza del partido de Modi, Uttar Pradesh, donde obtuvo el mayor número de escaños. También logró arrebatarle al BJP un asiento en la ciudad de Ayodhya, una pérdida simbólica para el partido de Modi. La exitosa actuación de Trinamool Congress en Bengala Occidental y del partido Dravida Munnetra Kazhagam en Tamil Nadu también impulsó los números de la oposición, negando a Modi la súper mayoría que esperaba. Todo esto significa que los partidos regionales adquirirán un mayor espacio político en la India. Además, la oposición logró sorprendentes avances en medio de lo que denomina una intensificación de la represión política por parte de Modi. Este último y su gobierno han recurrido cada vez más a tácticas de mano dura para someter a los oponentes políticos. Durante el periodo previo a las elecciones, los líderes y partidos de la oposición enfrentaron una serie de desafíos legales y financieros, pero a pesar de ello lograron capitalizar el descontento de la población y desafiar las predicciones, señaló Aiyar.
