Los Houtíes respaldados por Irán han estado luchando contra una coalición liderada por Arabia Saudita en Yemen durante casi una década. El conflicto, que estalló después de que los Houtíes expulsaran al entonces gobierno yemení, ha estado en gran medida estancado durante los últimos dos años.
Pero los Houtíes han atraído una renovada atención internacional con sus ataques a buques en el Mar Rojo y sus lanzamientos de cohetes hacia Israel en los últimos quince meses, lo cual dicen es en apoyo a Hamás y a los palestinos.
Sus acciones han desencadenado ataques de represalia contra posiciones Houtíes en Yemen por parte de Estados Unidos, Israel y el Reino Unido.
Desde que comenzó el alto el fuego en Gaza, los Houtíes han dicho que reducirán sus ataques a los barcos y dejarán de disparar a Israel si continúa con el alto al fuego.
Una de las primeras acciones del presidente Trump al asumir el cargo ha sido, no obstante, ordenar que los Houtíes vuelvan a ser incluidos en la lista de organizaciones terroristas extranjeras de Estados Unidos.
A pesar de todo esto, el grupo sigue controlando grandes áreas de Yemen.
El país era el más pobre de Oriente Medio antes de que comenzara la guerra en 2015. Cientos de miles de personas han muerto desde entonces en los enfrentamientos o por enfermedades y hambre exacerbadas por el conflicto.
Las agencias de la ONU brindan un salvavidas vital para millones de yemeníes con su ayuda alimentaria y médica.
Pero han tenido regularmente problemas para llegar a personas en áreas más remotas fuera de las principales ciudades y pueblos, con informes habituales de que los funcionarios Houtíes han obstaculizado la entrega de asistencia humanitaria en las regiones que controlan.