La misión de Irán en la ONU en Nueva York no comentó de inmediato sobre el informe.
El equipo de investigación, establecido a fines de 2022, fue rechazado por Irán. Informó que enfrentó obstáculos de la vigilancia electrónica del gobierno, el acoso y la intimidación de algunos testigos y víctimas, lo que disuadió a muchas personas de presentar pruebas. Sin embargo, a través de entrevistas detalladas con otros, junto con el acceso a informes independientes, imágenes médicas y documentos oficiales, la misión dijo que pudo recopilar suficientes pruebas para establecer hechos.
Detalla patrones de uso de la fuerza letal y menos letal por parte de las fuerzas de seguridad para dispersar protestas, incluido el uso de armas cargadas con perdigones y apuntando sistemáticamente a la cabeza, cara, cuello y genitales de los manifestantes, a menudo causando lesiones permanentes y que cambian la vida.
En su represión, las autoridades arrestaron a decenas de miles de personas, incluidos cientos de niños, algunos tan jóvenes como 10, dijo la misión, señalando declaraciones oficiales de que el gobierno perdonó a 22,000 personas y que la edad promedio de los detenidos era de 15 años.
Pero la misión también reveló evidencia de tortura y violencia sexual dirigida a los detenidos para obtener confesiones e información y para castigar y humillar a las víctimas. El abuso físico incluyó golpes, quemaduras, descargas eléctricas y permanecer en posiciones de estrés. La violencia sexual, que los investigadores dijeron que se usaba contra mujeres, hombres y niños, incluía violación y amenazas de violación, electrocución de genitales, desnudez forzada y manoseo.
Los niños fueron retenidos durante días, incluso semanas, sin conocer los motivos de su detención y sin contacto con sus familias, informaron los investigadores. “Al igual que los adultos, fueron sometidos a torturas físicas, psicológicas y sexuales severas, incluida la violación”.