La inflación puede estar disminuyendo, pero la mayoría de los estadounidenses aún se sienten apretados por el ‘avance del costo de vida’.

Una explicación para la desconexión es el “crecimiento del costo de vida”: gastar más dinero en los mismos bienes y servicios que en años anteriores (no confundir con el crecimiento del estilo de vida, que se refiere a aumentar el gasto a medida que aumenta el ingreso). Según una nueva encuesta de Intuit Credit Karma, el 80% de los estadounidenses dice que están experimentando este aumento de precios, que da una visión diferente de por qué tanta gente, a pesar de algunos datos económicos más optimistas, no está necesariamente feliz con el estado de sus finanzas.

A pesar de ganar más, los estadounidenses también están gastando más en casi todo, y el 80% dice que su dinero no rinde tanto como hace solo tres años. La vivienda es uno de los ejemplos más dolorosos: las hipotecas mensuales son más inasequibles que nunca, no solo por los altos precios sino también por las tasas de interés más altas, mientras que los alquileres exorbitantes continúan superando los aumentos salariales. El año pasado, la asequibilidad para comprar una vivienda cayó al nivel más bajo desde 1985, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios.

No es de extrañar, entonces, que muchos estadounidenses digan que son escépticos sobre los informes de una economía en auge y estén preocupados por una recesión. En ese sentido: el 64% de los encuestados en la encuesta de Credit Karma dijo que están cansados de escuchar sobre la fuerte economía del país mientras tienen dificultades, y el 68% no cree que las estadísticas económicas como los números de empleo representen con precisión el verdadero costo de vida.

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Las tasas de interés crecientes también son responsables, con el 74% de los encuestados diciendo que juegan un papel en el aumento del costo de vida, y el 59% diciendo que las tasas de interés hacen imposible pagar la deuda (que también está alcanzando niveles récord).

Como resultado del mayor costo de vida, el 37% de los estadounidenses dijo que no pueden ahorrar dinero cada mes, mientras que el 36% dijo que no pueden ahorrar específicamente para la jubilación. Más de una cuarta parte informó no poder permitirse los gastos cotidianos.

“El crecimiento del costo de vida es muy real. Estuve en una reunión con clientes hoy, y los clientes se quejaban del continuo alto costo de su factura de supermercado”, dice Gregory Guenther, un consejero de planificación para la jubilación en Nueva Jersey. “Aunque la tasa de inflación puede haber disminuido, los costos de muchos artículos regulares todavía son significativamente más altos que hace unos años”.

Los hallazgos de Credit Karma se reflejan en otras encuestas recientes. Según la encuesta anual sobre bienestar financiero de la Reserva Federal, el 72% de los encuestados dijo que estaban “al menos bien” en 2023. Eso es menos que el 73% en 2022, que fue menos que el 78% en 2021. Los precios más altos son una de las principales preocupaciones, según la encuesta, con un 65% de adultos que dicen que el aumento de los costos ha empeorado su situación financiera.

En comparación con años anteriores, la picadura de la inflación se ha vuelto aún más pronunciada. Alrededor del 35% de los encuestados en la encuesta de la Fed lo nombraron como su principal desafío financiero en 2023. En 2016, la proporción que decía lo mismo era solo del 8%.

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Aunque la inflación alcanzó su punto máximo en 2022 y ha estado disminuyendo lentamente, los estadounidenses de bajos ingresos, en particular, están luchando con los precios todavía elevados. Las familias más pobres tienen menos probabilidades de pagar todas sus facturas mensuales en su totalidad, y es más probable que lleven un saldo en la tarjeta de crédito que las familias más adineradas. (También pagan tasas de interés más altas por esa deuda).

“En algunas áreas, los clientes se dan cuenta de que no es un aumento gradual, sino un aumento significativo”, dice Lavina Nagar, una planificadora financiera certificada con sede en California, señalando cómo el precio de la limpieza dental de un cliente aumentó un 50%. “Los costos de los servicios han subido significativamente y no anticipamos que estos precios bajen incluso cuando la inflación se enfríe”.

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