Con problemas para contener crisis intratables en el Medio Oriente y Ucrania, ahora Estados Unidos se enfrenta a un estancamiento en los Balcanes por un gasoducto en Bosnia, un tema con grandes implicaciones geopolíticas. El proyecto, respaldado tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea, pero bloqueado por las disputas étnicas que han paralizado durante mucho tiempo a Bosnia, tiene como objetivo romper el dominio de Moscú sobre los suministros de gas para una nación frágil que está entre Oriente y Occidente. El gasoducto propuesto, que traería gas natural de Croacia, miembro de la OTAN y de la Unión Europea, solo tendría 100 millas de largo y costaría aproximadamente $110 millones, una nimiedad frente a los $15 mil millones que tomó construir el conector de gas Nord Stream entre Rusia y Alemania. Pero reduciría considerablemente la influencia de Moscú en una región altamente volátil. Rusia no tiene reclamos territoriales en Bosnia ni en otras naciones balcánicas, y su principal objetivo ha sido mantenerlos alejados de la integración con Occidente. El gasoducto bloqueado es “mucho más importante que solo Bosnia y Herzegovina o futura infraestructura en un pequeño país de los Balcanes”, dijo Vesna Pusic, ex ministra de Relaciones Exteriores de Croacia. “Esto se trata de cerrar las avenidas para la influencia desestabilizadora de Rusia en Europa”, agregó. Estados Unidos está haciendo esfuerzos para que el proyecto del gasoducto en Bosnia desde Croacia se ponga en marcha, para que los políticos salgan de sus disputas internas y para contrarrestar la influencia rusa. Rusia ha usado su control de la energía como un arma contra Ucrania en los años previos a su invasión a gran escala en febrero de 2022 y desde entonces para socavar la unidad europea, ofreciendo atractivas ofertas energéticas a países como Hungría y Serbia. Rusia frecuentemente ha usado su control de la energía como un arma contra Ucrania en los años previos a la invasión a gran escala en febrero de 2022, y desde entonces la ha utilizado para socavar la unidad europea al ofrecer dulces ofertas de energía a países como Hungría y Serbia. Estados Unidos está haciendo esfuerzos para que el proyecto del gasoducto en Bosnia desde Croacia se ponga en marcha, para que los políticos salgan de sus disputas internas y para contrarrestar la influencia rusa. Rusia ha usado su control de la energía como un arma contra Ucrania en los años previos a su invasión a gran escala en febrero de 2022 y desde entonces para socavar la unidad europea, ofreciendo atractivas ofertas energéticas a países como Hungría y Serbia.