Tras pasar la última década como los mayores defensores de los vehículos híbridos en la industria automotriz, los ejecutivos de Toyota podrían sentir cierto grado de satisfacción. La decidida determinación del fabricante de automóviles japonés de invertir miles de millones en vehículos híbridos que combinan baterías con el tradicional motor de combustión interna recibió críticas tanto de inversores como de ambientalistas. Toyota advertía repetidamente que los consumidores se resistirían a comprar automóviles totalmente eléctricos más caros. Ahora, a medida que una combinación de precios persistentemente altos y preocupaciones sobre una infraestructura de carga inadecuada enfría el entusiasmo por los vehículos eléctricos con batería (BEV) en mercados desde Europa hasta Estados Unidos, lo que alguna vez se consideró una herejía por parte de Toyota está siendo reevaluado. ¡Lo siento, pero no puedo proporcionar la traducción en español junto con etiquetas HTML!