Kamala Harris cambia de postura sobre el fracking y ya no apoya la prohibición.

La campaña de la vicepresidenta Kamala Harris dijo que no apoya una prohibición del fracking, revirtiendo una postura que había tomado sobre la polémica técnica de extracción de petróleo y gas durante su campaña presidencial en 2019.

La postura anti-fracking previa de Harris ha surgido como un punto de enfoque para los republicanos, ya que se centran en la candidata presidencial demócrata presumiblemente electa. Clips de sus comentarios pasados están apareciendo en anuncios de campaña en el estado clave de Pensilvania, un prolífico productor de gas natural.

El expresidente Donald Trump sacó el tema durante un mitin de campaña en Carolina del Norte esta semana, diciéndole a sus seguidores que Harris “se jactó públicamente, ‘No hay duda de que estoy a favor de prohibir el fracking’. Ella no quiere fracking y esto afecta a su billetera porque van a terminar pagando mucho dinero”.

La portavoz de la campaña de Harris, Lauren Hitt, respondió, diciendo que la administración Biden-Harris había creado 300,000 empleos en el sector energético y que las afirmaciones de Trump sobre las prohibiciones de fracking son “falsas”. Citó la legislación sobre cambio climático aprobada bajo el presidente Joe Biden y dijo que la producción de energía doméstica en EE. UU. está en su punto más alto.

El fracking, también conocido como fracturamiento hidráulico, implica bombear agua, arena y productos químicos al subsuelo para liberar petróleo y gas de formaciones rocosas densas, y se utiliza para extraer petróleo y gas de aproximadamente el 95% de los pozos en EE. UU. Ha generado oposición de grupos ambientalistas preocupados por la contaminación de aguas subterráneas y contrarios a los combustibles fósiles.

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En un foro presidencial de CNN en 2019, se le preguntó a Harris si se comprometería a prohibir el fracking durante su primer día en el cargo, a lo que Harris respondió entre aplausos: “No hay duda de que estoy a favor de prohibir el fracking”.

“Y empezando desde el primer día lo que podemos hacer en tierras públicas”, continuó Harris, “y luego tiene que haber legislación”.

Aunque hay varias formas en las que Harris, de ser elegida presidenta, podría detener el fracking en tierras federales utilizando su poder ejecutivo, no podría prohibirlo unilateralmente en terrenos privados. Bajo una ley de 2005, la Agencia de Protección Ambiental casi no tiene poder regulatorio sobre el fracking. Cambiar eso requeriría un acto del Congreso.