Justin Trudeau convocó una conferencia de prensa para el lunes por la mañana, mientras crecían las especulaciones de que renunciaría como primer ministro de Canadá después de casi una década en el poder.
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La popularidad de Trudeau está en un mínimo histórico después de que los votantes y miembros de su propio partido se volvieran en su contra tras un período turbulento de especulaciones sobre su capacidad para gobernar el país del G7.
Los medios de comunicación canadienses, incluida la emisora nacional CBC, han informado que está a punto de dimitir. Su renuncia desencadenaría una carrera por la jefatura en su partido Liberal antes de las elecciones generales que deben celebrarse antes de octubre de este año pero que podrían ser mucho antes.
El partido Nuevo Democrático (NDP), un aliado vital en el parlamento, anunció antes de Navidad que ya no apoyaba al gobierno minoritario Liberal.
Los partidos de la oposición, incluido el NDP, también han dicho que están preparados para presentar una moción de no confianza en la Cámara, lo que también podría desencadenar unas elecciones anticipadas.
Pierre Poilievre, cuyo partido Conservador lidera a los Liberales por 25 puntos en las encuestas, ha pedido repetidamente a Trudeau que dimita o que convoque elecciones anticipadas, citando los desafíos inminentes de Canadá con el próximo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Trump ha bromeado repetidamente sobre Trudeau, llamándolo gobernador del 51º estado de EE. UU., alimentando las llamadas para que el primer ministro dimita.
Trudeau, nacido en Ottawa, hijo del carismático líder Liberal Pierre Trudeau, quien fue primer ministro entre 1968 y 1979, y de 1980 a 1984, trabajó como profesor de teatro escolar en Vancouver antes de ser elegido líder del partido Liberal en abril de 2013.
Su mandato como primer ministro comenzó en octubre de 2015, cuando el joven recién llegado llevó a su partido Liberal a una victoria contundente sobre los Conservadores y su impopular líder, Stephen Harper.
Durante su tiempo en el cargo, Trudeau promulgó leyes para despenalizar drogas suaves, promover la igualdad de género y la reconciliación con las Primeras Naciones, así como la necesidad urgente de abordar el cambio climático. También se comprometió a aceptar 25,000 refugiados sirios que escapaban de la guerra en su país de origen, a pesar de la ansiedad sobre los niveles de inmigración.
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Pero la popularidad de Trudeau ha caído en picado en el último año debido a los altos costos de vida y una crisis de asequibilidad de la vivienda. Sus esfuerzos por impulsar la economía de Canadá posterior a la pandemia a través de una inmigración récord también enfrentaron una fuerte reacción negativa.
Una encuesta de Angus Reid publicada el 30 de diciembre mostró que el porcentaje de votantes que pretendían votar por el partido Liberal había caído al 16 por ciento, su peor nivel desde que Trudeau llegó al poder, mientras que la calificación de desaprobación del primer ministro, a través del “Trudeau Tracker” de la encuestadora, alcanzó un máximo histórico del 74 por ciento.
La repentina renuncia el 16 de diciembre de Chrystia Freeland, la ex ministra de Finanzas que una vez fue una cercana aliada del primer ministro, tras disputas con Trudeau sobre el gasto gubernamental, provocó nuevas llamadas para que renunciara tanto desde la oposición como desde su propio partido.
Tras el movimiento de Freeland, el líder del NDP, Jagmeet Singh, dijo el 20 de diciembre que su partido estaba dispuesto a retirar su apoyo a Trudeau o al partido Liberal. Singh prometió que el bloque de votación de su partido consideraría derrocar al gobierno cuando el parlamento reanudara sesiones a finales de enero, lo que probablemente conduciría a unas elecciones anticipadas.