Después de masturbarse, Melissa, una organizadora de eventos de 35 años que vive en Chicago, a veces estudia un gráfico que se asemeja a la salida de un monitor de ritmo cardíaco o al de un sismógrafo que captura un terremoto. Los datos son generados por su vibrador, el Lioness, que mide su excitación y sube información sobre sus patrones de orgasmo a la aplicación de la compañía. Los sensores incrustados en el juguete controlan los movimientos de su suelo pélvico. Con cada apretón y liberación involuntarios de los músculos de su suelo pélvico, la aplicación muestra un gráfico que indica su patrón rítmico en una serie de picos y valles. Normalmente lo usa junto con otros vibradores estimulantes del clítoris, para que pueda comparar los orgasmos que experimenta con cada uno.
“Lo uso solo como un dildo de colección de datos, esencialmente”, dijo Melissa, quien pidió ser identificada solo por su nombre debido a preocupaciones de privacidad. Además del Lioness, no posee ningún rastreador de actividad portátil, como el popular Apple Watch o Fitbit, pero dice que le gusta “tener información cuantificable cuando estoy aprendiendo cosas.”
En la vida cotidiana, la opción de rastrear los orgasmos femeninos en casa introduce la posibilidad de hackear lo que algunos científicos han tratado como un enigma. Algunas personas usan la tecnología de rastreo para combatir los cambios sexuales que puedan venir con la menopausia o el síndrome de ovario poliquístico, por ejemplo.
Otros dicen que quieren ver cómo ciertos alimentos o medicamentos pueden afectar su excitación, y están pensando en cómo optimizar sus orgasmos con juguetes sexuales inteligentes y con Bluetooth que esperan les ayuden a entender mejor sus cuerpos.
“Realmente lo llamamos una herramienta para ‘sexperimentos’, así que hacer experimentos contigo mismo o con tu pareja – cómo la cafeína puede tener un efecto en tus orgasmos, cómo el alcohol, cómo el CBD, cómo el estrés, todas estas cosas”, dijo Anna Lee, directora ejecutiva y cofundadora de Lioness.
El uso frecuente de vibradores y juguetes sexuales también puede crear un espacio para el juicio, el resentimiento y la evitación, dijo ella, lo que podría causar tensión con una pareja si una persona y su pareja no pueden alcanzar el mismo nivel de placer que puede ofrecer un juguete.