En el centro de eventos Leon’s Centre, sede de un equipo de hockey junior en Kingston, Ontario, se percibía un sentido de indignación mezclado con anticipación a medida que los fanáticos, que se habían reunido para un partido, enfrentaban la noticia de que cinco exjugadores canadienses de hockey junior —cuatro de los cuales jugaron en la Liga Nacional de Hockey— habían sido acusados la semana pasada de agresión sexual.
La primera audiencia para los cinco acusados, una sesión a la que asistieron solo abogados para programar una audiencia a finales de abril, tuvo lugar el lunes en la Corte de Justicia de Ontario en London, Ontario. Allí, la policía, que abrió una investigación pero no presentó cargos en 2018, planea ofrecer su primera conferencia de prensa sobre el caso el lunes por la tarde.
Las acusaciones han tocado una fibra sensible en los fanáticos, lo que ha llevado a muchos a cuestionar cómo ha respondido Hockey Canadá, el organismo rector del deporte en el país.
El caso salió a la luz en mayo de 2022 después de que TSN, un canal de deportes que transmite el campeonato mundial junior, informara que Hockey Canadá había pagado 3.5 millones de dólares canadienses, o 2.6 millones de dólares, para resolver una demanda presentada por una mujer que dijo haber sido agredida sexualmente por ocho jugadores de la liga junior. En el momento en que se dice que ocurrió la agresión, todos los jugadores eran miembros del equipo nacional junior de Canadá.
Posteriormente, el periódico The Globe and Mail informó que el pago del acuerdo se había realizado con un fondo financiado en parte por las cuotas de inscripción de hockey infantil.
Aunque la Liga Nacional de Hockey tiene fama y reconocimiento internacional, en muchas comunidades más pequeñas, el hockey, el deporte dominante de Canadá, se define más a menudo por los equipos junior de jugadores aficionados entre las edades de 15 y 20 años.
Los acusados de agresión sexual son Michael McLeod, de 26 años, ahora centro del New Jersey Devils; Cal Foote, de 25 años, defensor para los Devils; Carter Hart, de 25 años, portero con los Philadelphia Flyers; Dillon Dubé, de 25 años, centro para los Calgary Flames; y Alex Formenton, de 24 años, quien está de permiso de un equipo profesional suizo y que anteriormente jugó para los Ottawa Senators. Al Sr. McLeod se le imputa un cargo adicional de agresión sexual “al ser parte del delito”.
Los jugadores han sido suspendidos de sus equipos. Los abogados de los hombres dijeron en declaraciones separadas que defenderían vigorosamente su inocencia y se negaron a hacer más comentarios.
Según la demanda de la mujer, la agresión tuvo lugar en London, una ciudad ubicada aproximadamente a 120 millas al suroeste de Toronto. La policía investigó las denuncias en 2018 pero abandonó esa investigación al año siguiente. No se presentaron cargos.
La investigación que llevó a la comparecencia del lunes en la corte se abrió en 2022 después de que se revelara el acuerdo de la demanda.
Antes de ser despedido como director ejecutivo de Hockey Canadá ese año, Scott Smith rechazó las sugerencias de que el fondo de varios millones de dólares, conocido formalmente como Fondo Nacional de Equidad, fuera un mecanismo para ocultar acusaciones contra los jugadores. “Me opongo firmemente a la sugerencia de que encubrimos esto o escondimos algo”, dijo a un comité parlamentario en 2022.
Los casos de agresión sexual no son nuevos en el hockey. Pero en el pasado, algunos de los más destacados involucraron a entrenadores abusivos. Durante aproximadamente dos décadas, Graham James, un antiguo entrenador de hockey junior, fue condenado en tres casos separados de agresión sexual a jugadores, incluyendo a Sheldon Kennedy y Theo Fleury, quienes se convirtieron en estrellas de la Liga Nacional de Hockey.
Además de la investigación policial que llevó a los cargos, Hockey Canadá y la Liga Nacional de Hockey realizaron sus propias investigaciones, pero no publicaron detalles. El viernes, Gary Bettman, el comisionado de la Liga Nacional de Hockey, dijo que la liga esperaría hasta que se completara el proceso judicial, lo que podría llevar años. Describió las acusaciones en el caso como “abominables, reprobables, horribles e inaceptables”.
El Sr. Bettman dijo que no era necesario suspender sin sueldo a los cuatro hombres que todavía están en equipos de la Liga Nacional de Hockey porque sus contratos expiran al final de la temporada.
“Se vuelve irrelevante en términos de temporalidad”, dijo en una conferencia de prensa. “De todos modos, se les ha pagado la gran parte de su salario para el año”.
En el Leon’s Centre el viernes, alrededor de 3,600 personas se habían reunido para ver al equipo local, los Kingston Frontenacs, enfrentarse a los Oshawa Generals. Después del partido, que los Frontenacs perdieron por 5-4, algunos de los jugadores se reunieron con aficionados en una mesa de autógrafos.
Monica O’Neill, una enfermera que había sido presidenta voluntaria del club de seguidores del equipo durante unos 25 años, dijo que no juzgaría a los jugadores enfrentados a cargos hasta que sus casos fueran escuchados en la corte.
“Me resulta repugnante, de hecho, porque no sabemos qué sucede puertas adentro”, dijo después de inscribir a algunos aficionados para un viaje en autobús a un partido junior en Ottawa. “Todavía no sabemos quién está diciendo la verdad”.
Michael McNamara, residente de toda la vida de Kingston que ha tenido boletos de temporada durante 32 años, dijo que, independientemente de cómo se desarrollen los casos penales, los fanáticos canadienses no estarán inclinados a perdonar al organismo rector.
“De una forma u otra, la verdad saldrá a la luz”, dijo. “Pero creo que Hockey Canadá será ridiculizado por la forma en que se manejó todo esto, de manera importante”.