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El gobernador del banco central de Israel ha instado a Benjamin Netanyahu a avanzar con los planes para un presupuesto de 2025, que incluya cambios “permanentes” en las finanzas estatales, ya que el país enfrenta un creciente déficit presupuestario debido al impacto económico de la guerra en Gaza.
En una carta al primer ministro israelí, el jefe del Banco de Israel, Amir Yaron, criticó el hecho de que no se hayan llevado a cabo discusiones presupuestarias serias durante más de un mes, poniendo en duda el cronograma para la aprobación del proyecto de ley presupuestaria.
Yaron dijo que tal incertidumbre socavaba la confiabilidad de Israel en los mercados financieros internacionales, ya que el gobierno necesitaba realizar “ajustes de carácter permanente” por un valor de 30 mil millones de shekels (8 mil millones de dólares) para cubrir un déficit esperado de alrededor del 8 por ciento del PIB.
Los gastos militares de Israel han aumentado desde el ataque de Hamas el 7 de octubre y el estallido de la guerra en Gaza, sin un final claro a la vista. Netanyahu ha prometido continuar la guerra hasta lograr una “victoria total” contra el grupo militante palestino y las conversaciones de alto el fuego auspiciadas por Estados Unidos han continuado estancadas. El riesgo de un conflicto regional más amplio con Irán y el grupo militante libanés Hizbulá también ha crecido en las últimas semanas.
Aunque no abordó directamente las campañas militares, Yaron aludió a la “magnitud de los ajustes requeridos” al implorar al gobierno acelerar la aprobación del presupuesto del próximo año.
“Además de recortar gastos, se requerirán pasos significativos para aumentar los ingresos. También es importante combinar cambios estructurales que generen crecimiento y apoyen la política fiscal”, escribió.
“Voy a hacer hincapié en que la promulgación de estos ajustes es esencial para mantener una relación sostenible de deuda con el producto y mantener la confiabilidad fiscal de Israel”, agregó.
La posición internacional de Israel sufrió un golpe la semana pasada después de que Fitch rebajara la deuda a largo plazo del país de A plus a A, con una perspectiva negativa, citando riesgos geopolíticos en curso y preocupaciones de que la guerra en Gaza podría extenderse hasta el próximo año.
La agencia calificadora también culpó al creciente ratio de deuda sobre PIB de Israel, que había subido a más del 70 por ciento.
La rebaja reflejó “el impacto de la continuación de la guerra en Gaza, los riesgos geopolíticos elevados y las operaciones militares en múltiples frentes”, dijo Fitch. “Las finanzas públicas se han visto afectadas y proyectamos un déficit presupuestario del 7,8 por ciento del PIB en 2024 y una deuda que permanecerá por encima del 70 por ciento del PIB a medio plazo”.
Yaron dijo en su carta que la rebaja fue “en parte debido a la realidad de seguridad, pero también refleja una evaluación de la gestión de la política económica actual y pone énfasis en el esquema de la política futura, como las compañías señalaron en sus informes”.
El gobierno de Netanyahu ha sido cauteloso respecto a sus intenciones de aumentar impuestos y se ha negado a recortar los gastos discrecionales del gobierno asignados por cada partido político para sus propios intereses sectoriales, incluidas las subvenciones a las familias ultraortodoxas y la construcción de asentamientos en Cisjordania ocupada.
Analistas políticos israelíes han especulado que Netanyahu puede estar retrasando una planificación presupuestaria seria que podría resultar impopular a nivel nacional, o incluso dirigiéndose intencionalmente a elecciones anticipadas antes de la fecha límite obligatoria para la aprobación del presupuesto la próxima primavera.
Bezalel Smotrich, ministro de finanzas, ha tenido enfrentamientos constantes con altos funcionarios de su ministerio sobre política económica. El diario financiero israelí TheMarker informó el martes que Smotrich había instado al jefe de la oficina presupuestaria del ministerio de finanzas a renunciar.
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