Después de más de seis semanas de guerra, el gobierno israelí y Hamas anunciaron el miércoles por la mañana que respetarían un breve alto el fuego en Gaza para permitir la liberación de 50 rehenes capturados por Hamas durante su asalto del mes pasado a Israel.
La decisión, anunciada por primera vez por la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu en un mensaje de WhatsApp, incluye una pausa de al menos cuatro días en los enfrentamientos en Gaza. Si se mantiene, sería el alto el fuego más largo desde que los ataques de Hamas el 7 de octubre llevaran a Israel a comenzar su bombardeo e invasión terrestre de Gaza.
“El gobierno israelí está comprometido con el regreso de todos los secuestrados a casa”, dijo el gobierno. Agregó: “Esta noche, el gobierno aprobó el esquema de la primera etapa para lograr este objetivo, según el cual al menos 50 secuestrados, mujeres y niños, serán liberados durante cuatro días, durante los cuales habrá una tregua en los enfrentamientos. La liberación de cada 10 secuestrados adicionales resultará en un día adicional de respiro”.
En su propia declaración en Telegram, Hamas afirmó el acuerdo, diciendo: “Después de muchos días de negociaciones difíciles y complejas, anunciamos, con la ayuda y la bendición de Dios, que hemos alcanzado un alto el fuego humanitario”.
Hamas agregó que los 50 israelíes serían liberados a cambio de la liberación de 150 mujeres palestinas y detenidos menores de 19 años en cárceles israelíes.
Según un funcionario israelí, los rehenes israelíes podrían no ser liberados hasta el jueves como muy pronto para dar tiempo a los jueces israelíes para revisar los posibles desafíos legales a un acuerdo.
Catar, el principal mediador del acuerdo, no comentó de inmediato.
Bajo los términos del acuerdo, según la declaración de Hamas, 50 mujeres y niños israelíes serían liberados a cambio de la liberación de 150 mujeres palestinas y otros detenidos menores de 19 años. Su declaración decía que Israel también había acordado permitir más suministros de ayuda a Gaza; continuar permitiendo que los civiles evacuen el norte de Gaza; y detener sus vuelos sobre Gaza, excepto durante una ventana de seis horas todos los días.
La declaración de Israel no incluía esos detalles, pero los dos funcionarios dijeron que Israel había acordado que las tropas israelíes permanecerían en sus posiciones actuales. Las personas que actualmente se encuentran en el sur de Gaza no podrán volver al norte, agregaron los funcionarios.
Pero la declaración de Hamas también decía: “Mientras anunciamos el acuerdo de alto el fuego, afirmamos que nuestras manos seguirán en el gatillo, y nuestras brigadas triunfantes seguirán en guardia para defender a nuestro pueblo y derrotar la ocupación y la agresión”.
Antes de que los ministros israelíes votaran para aprobar el acuerdo de rehenes, Benny Gantz, miembro del gabinete de emergencia para la guerra de Israel, dijo que el acuerdo era “difícil y doloroso desde un punto de vista humano”. Pero lo calificó como la mejor opción posible para permitir a Israel continuar “persiguiendo la campaña” contra Hamas.
El señor Netanyahu, que dijo esta semana que liberar a los rehenes era una “tarea sagrada y supremamente” ha estado bajo presión pública para alcanzar un acuerdo. Hamas secuestró a unos 240 rehenes cuando atacó a Israel el 7 de octubre y mató a unas 1.200 personas, según funcionarios israelíes.
Este mes, familias angustiadas de algunos de los rehenes marcharon desde Tel Aviv hasta la oficina de Netanyahu en Jerusalén, sosteniendo carteles de los cautivos y suplicándole que hiciera más para traer a sus familiares a casa.
El presidente Biden también se mostró optimista el martes. “Estamos muy cerca, muy cerca”, dijo a los reporteros en la Casa Blanca el martes por la mañana. “Podríamos traer a algunos de estos rehenes a casa muy pronto”.
Estados Unidos ha participado durante semanas en conversaciones indirectas con Israel, Hamas y Catar para asegurar un acuerdo.
Los rehenes fueron secuestrados de hogares a lo largo de la frontera de Israel, así como de bases militares y un gran festival de música al aire libre. Incluían a civiles, soldados, personas con discapacidades, niños, abuelos y un bebé de 9 meses. Los cautivos también incluyeron personas de más de 40 países, al menos 20 trabajadores agrícolas tailandeses y al menos un residente palestino de Israel.
Las negociaciones se han centrado en la liberación de mujeres palestinas y menores que están detenidos en cárceles israelíes, un grupo que ha crecido desde los ataques del 7 de octubre.
Según Addameer, un grupo de defensa de los derechos de los prisioneros palestinos, hasta esta semana había unos 200 niños, la mayoría de ellos adolescentes, en detención israelí, junto con unas 75 mujeres y 5 niñas adolescentes. Antes de los ataques de Hamas, alrededor de 150 niños y 30 mujeres y niñas estaban en prisiones israelíes, dijo el grupo.
Muchos de los arrestos recientes se llevaron a cabo durante redadas israelíes en Cisjordania, donde han aumentado las protestas y la violencia, incluidos ataques de colonos israelíes a palestinos. Israel ha dicho que los arrestos son parte de una operación contra el terrorismo de Hamas en Cisjordania.
El ejército israelí también dijo que detuvo a 300 personas en Gaza durante su invasión terrestre y las llevó a territorio israelí para “interrogatorios adicionales”.
Una pausa en los enfrentamientos, aunque breve, podría brindar cierto alivio a los civiles en Gaza.
Según funcionarios de salud en el territorio controlado por Hamas, unas 13,000 personas han muerto en Gaza desde que comenzó la guerra. Más de un millón de gazatíes han sido desplazados entre fuertes ataques aéreos, y muchos están a punto de quedarse sin necesidades humanas básicas como alimentos y agua.
Como parte de su ofensiva contra Hamas, Israel ha cortado la electricidad a Gaza y bloqueado la entrega de la mayoría de los combustibles, diciendo que Hamas podría desviarlos para uso militar.
Mientras los combates arreciaban en Gaza, los enfrentamientos mortales se estaban intensificando en la frontera norte de Israel con Líbano, donde las tropas israelíes han estado intercambiando disparos con Hezbollah, el grupo miliciano respaldado por Irán que ejerce el control de facto sobre el sur del Líbano.
El martes, tres personas, incluidos dos periodistas, murieron en un ataque a unas cuatro millas de la frontera, cerca de la ciudad libanesa de Tayr Harfa, informó la agencia de noticias estatal de Líbano. Los periodistas, Farah Omar, reportera, y Rabih Al-Maamari, camarógrafo, murieron poco después de una transmisión en vivo, según Al Mayadeen, una cadena con sede en Beirut.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas, al menos 50 periodistas han muerto durante la guerra entre Israel y Hamas, y dice que ha sido uno de los períodos más mortales para los reporteros desde que el grupo comenzó a recopilar datos en 1992.
Najib Mikati, primer ministro interino del Líbano, culpó a Israel de las muertes. “Este ataque demuestra una vez más que no hay límites para los crímenes de Israel”, dijo en un comunicado.
El ejército israelí dijo que el episodio estaba bajo revisión y que sus tropas habían estado respondiendo a una amenaza de Hezbollah. Hezbollah dijo que había respondido apuntando a soldados israelíes con misiles guiados e impactando una base militar israelí con cohetes.
El ejército israelí dijo que ha habido “varios lanzamientos desde Líbano”, pero no ofreció detalles.
Contribuyeron a este informe Liam Stack, Michael Levenson, Aaron Boxerman, Michael D. Shear Euan Ward, Hwaida Saad, Karen Zraick, Hiba Yazbek, Edward Wong y Johnatan Reiss.