El número de personas desplazadas en Gaza es ahora mayor que la población de Manhattan, y más de cuatro veces la población de Tel Aviv. Se han amontonado en un área que es menos de un tercio del territorio de Gaza, según las Naciones Unidas, y muchos han relatado ataques mortales en áreas que se les dijo que serían seguras.
Las Naciones Unidas se han opuesto al establecimiento de las llamadas zonas seguras en la franja, con el argumento de que ninguna parte en una guerra puede unilateralmente declarar lugares completamente seguros para civiles. Intentar establecer dichas zonas en Gaza, dijeron funcionarios de la ONU el mes pasado, podría “crear un daño inaceptable para los civiles, incluida la pérdida de vidas a gran escala”.
Funcionarios de la ONU han dicho que los civiles deberían refugiarse en edificios como escuelas y hospitales, que están protegidos por las leyes internacionales humanitarias, y que Israel no debería atacar dichos lugares.
Israel ha acusado a Hamas de ocultar centros de mando en edificios civiles, incluidas escuelas y hospitales, y ha declarado que algunos de ellos son objetivos legítimos.
Un portavoz del gobierno, Eylon Levy, dijo el jueves que las fuerzas israelíes estaban llevando a cabo “combates cuerpo a cuerpo” en Khan Younis, la ciudad del sur de Gaza donde el ejército cree que pueden estar escondidos altos comandantes de Hamas.
El jueves, el ejército israelí dijo que uno de al menos dos soldados muertos en Gaza fue el hijo de Gadi Eisenkot, miembro del gabinete de guerra del primer ministro Benjamin Netanyahu. El sargento mayor Gal Meir Eisenkot, de 25 años, murió en Jabaliya, en el norte de Gaza, según informó el ejército.
Según el ejército israelí, casi 100 soldados han muerto en la guerra. Más de 15.000 personas han muerto en Gaza, según funcionarios de salud del territorio. Israel dice que alrededor de 1.200 personas murieron en el ataque de Hamas el 7 de octubre.
Ante la creciente indignación por las condiciones cada vez peores para los civiles en la franja, el gobierno israelí dijo que permitiría “un suplemento mínimo de combustible” en el sur de Gaza para “evitar un colapso humanitario y el estallido de epidemias”. No especificó cuánto combustible, ni cuándo se permitirán los suministros.