EL CAIRO (AP) — Dos errores básicos, según el ejército israelí. Primero, los oficiales pasaron por alto un mensaje detallando los vehículos en el convoy. Segundo, un observador vio a alguien subir a un automóvil llevando algo – posiblemente un bolso – que pensó que era un arma. Los oficiales dicen que el resultado fue la serie de ataques con drones israelíes que mataron a siete trabajadores humanitarios en una oscura carretera de Gaza.
El ejército israelí ha descrito el mortal ataque al convoy de World Central Kitchen como un trágico error. Su explicación plantea la pregunta: Si ese es el caso, ¿con qué frecuencia Israel ha cometido tales errores en su ofensiva de 6 meses en Gaza?
Los grupos de derechos humanos y los trabajadores humanitarios dicen que el error del lunes por la noche fue apenas una anomalía. Dicen que el problema más amplio no son las violaciones de las reglas de compromiso militares, sino las reglas en sí mismas.
En el impulso de Israel por destruir a Hamas después de sus ataques del 7 de octubre, los grupos de derechos humanos y los trabajadores humanitarios dicen que el ejército parece haberse dado un amplio margen para determinar lo que es un objetivo y cuántas muertes civiles permite como “daños colaterales”.
Más de 33,000 palestinos han muerto en la ofensiva de Israel, alrededor de dos tercios de ellos mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza. Su recuento no distingue entre civiles y combatientes.
Israel dice que está apuntando a combatientes e infraestructuras de Hamas y que intenta minimizar las muertes civiles. Culpa al gran número de víctimas civiles a los militantes y dice que es porque operan entre la población. Israel dice que cada ataque pasa por una evaluación de expertos legales, pero no ha hecho públicas sus reglas de compromiso.
OTROS ATAQUES
En los miles de ataques que Israel ha llevado a cabo, así como los bombardeos y disparos en operaciones terrestres, es imposible saber cuántas veces se ha identificado incorrectamente un objetivo. Casi todos los días, los ataques nivelan edificios con familias palestinas adentro, matando a hombres, mujeres y niños, sin explicación del objetivo o rendición de cuentas independiente sobre la proporcionalidad del ataque.
Sarit Michaeli, portavoz del grupo israelí de derechos humanos B’Tselem, dijo que el ataque de World Central Kitchen atrajo la atención del mundo solo porque murieron extranjeros.
“La idea de que este es un caso único, que es un ejemplo raro – es un insulto a la inteligencia de cualquiera que haya estado siguiendo la situación”, dijo.
Dijo que se necesita una investigación más amplia sobre las reglas de compromiso: “Las preguntas relevantes no son hechas porque las investigaciones se ocupan solo de casos específicos, en lugar de la política más amplia.”
El portavoz militar jefe de Israel, Daniel Hagari, reconoció, “Se cometieron errores en los últimos seis meses.”
“Hacemos todo lo posible para no dañar a civiles inocentes”, dijo a los periodistas. “Es difícil porque Hamas va con ropa civil … ¿Es un problema, es una complejidad para nosotros? Sí. ¿Eso importa? No. Necesitamos hacer más y más para distinguir.”
Pero el ejército no ha especificado cómo logrará esto.
El Brig. Gen. Benny Gal, que formó parte de la investigación de los ataques de World Central Kitchen, fue preguntado si se deberían hacer más preguntas antes de autorizar un ataque.
“Este no fue nuestro estándar”, dijo. “El estándar es más preguntas, más detalles, más fuentes cruzadas. Y este no fue el caso.”
BANDERAS BLANCAS
Testigos palestinos han reportado repetidamente que personas, incluidas mujeres y niños, fueron tiroteadas y muertas o heridas por tropas israelíes mientras llevaban banderas blancas. Se han difundido varios videos que muestran a palestinos siendo disparados o muertos mientras parecían representar poco peligro para las fuerzas israelíes cercanas.
En marzo, el ejército reconoció que disparó y mató a dos palestinos y hirió a un tercero mientras caminaban en una playa de Gaza. Dijo que las tropas dispararon después de que los hombres supuestamente ignoraran disparos de advertencia. Reaccionó después de que el canal de noticias Al Jazeera mostrara imágenes de uno de los hombres cayendo al suelo mientras caminaba en un área abierta y luego un bulldozer empujaba dos cuerpos hacia la arena llena de basura. Dijo que al menos dos de los tres hombres agitaban banderas blancas.
Grupos de ayuda también han informado ataques a su personal.
Medical Aid for Palestine dijo que su complejo residencial en la zona sur de Muwasi – que el ejército había definido como una zona segura – fue alcanzado en enero por lo que la ONU determinó que era una bomba de 1,000 libras. Varios miembros del equipo resultaron heridos y el edificio resultó dañado, dijo el grupo.
El grupo dijo que el ejército israelí les dio múltiples explicaciones – negando participación, diciendo que intentaba alcanzar un objetivo cercano y culpando a un misil desviado. “La variedad de respuestas destaca una continua falta de transparencia,” dijo el grupo.
La organización benéfica médica Médicos Sin Fronteras dijo que un tanque bombardeó una casa que albergaba al personal y sus familias en Muwasi en febrero, matando a la esposa y nuera de un miembro del personal.
Ambos grupos dijeron que informaron repetidamente al ejército de sus ubicaciones y marcaron claramente los edificios.
Las admisiones de errores por parte de Israel son raras.
En diciembre, después de que un ataque matara al menos a 106 personas en el campamento de Maghazi, el ejército dijo que también se alcanzaron edificios cerca del objetivo, causando probablemente “daños no intencionales a civiles adicionales no involucrados.” También admitió que sus soldados dispararon accidentalmente a tres rehenes israelíes que agitaban banderas blancas después de salir de una representación de Hamas en la ciudad de Gaza.
‘EL PATRÓN’
En los asaltos terrestres de Israel, las tropas operan en entornos urbanos, buscando combatientes de Hamas mientras están rodeados por una población que se refugia en sus hogares y se mueve, tratando de huir o encontrar alimentos y atención médica.
Algunos políticos israelíes y medios de comunicación afirman regularmente que no hay inocentes en Gaza. Y en algunos videos que circulan en línea, los soldados hablan de vengarse por los ataques de Hamas del 7 de octubre que desencadenaron la guerra.
En ese ambiente, los palestinos y otros críticos dicen que los soldados en el terreno parecen tener amplia libertad para decidir si deben apuntar a alguien como sospechoso. Residentes y personal médico en Gaza dicen que ven el resultado.
La Dra. Tanya Haj-Hassan, una doctora de Medical Aid for Palestinians que acaba de regresar de dos semanas en un hospital de Gaza, dijo que el personal trató regularmente a niños y ancianos heridos por francotiradores.
“No es una anomalía. De hecho, es el patrón,” dijo a los periodistas en una sesión informativa esta semana. “No creo que los niños en particular sean señalados como objetivos. La comprensión y el tipo de conclusión a la que llegas… es que todos son un objetivo.”
Chris Cobb-Smith, un ex experto en armas y ejército británico que ha realizado investigaciones y misiones de seguridad en Gaza, dijo que si hubo una ruptura en la comunicación en el caso del ataque de World Central Kitchen, “para un ejército profesional, esto es inexcusable.”
“Parece haber un patrón consistente de comportamiento totalmente imprudente”, dijo Cobb-Smith, quien ayudó a investigar el bombardeo de Médicos Sin Fronteras.
Chris Lincoln-Jones, un ex oficial de inteligencia británico que ha trabajado en la industria de defensa incluyendo junto a un fabricante israelí de drones, dijo que la investigación mostró acciones no profesionales y un deficiente comando y control: “No operan una gestión adecuada del espacio de batalla.”
Incluso si hubiera habido un pistolero en el automóvil con el personal humanitario, dijo, no justificaría un ataque “a menos que el pistolero estuviera realmente disparando a alguien desde el automóvil.”
“De ninguna manera que un piloto de dron de la OTAN lo haría. Esperaría ser procesado por hacer eso. Esperaría enfrentar la posibilidad de prisión.”
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Los reporteros de Associated Press Josef Federman y Julia Frankel en Jerusalén y Sarah El Deeb en Beirut contribuyeron a este reportaje.