Irawati Karve llevó una vida que se destacó de aquellos a su alrededor.
Nacida en la India bajo el dominio británico, y en una época en la que las mujeres no tenían muchos derechos o libertades, Karve hizo lo impensable: siguió estudios superiores en un país extranjero, se convirtió en profesora universitaria y en la primera antropóloga mujer de la India.
También se casó con un hombre de su elección, nadó en traje de baño, condujo una scooter e incluso se atrevió a desafiar una hipótesis racista de su supervisor de doctorado – un famoso antropólogo alemán llamado Eugen Fischer.
Sus escritos sobre la cultura y civilización india y su sistema de castas son innovadores, y son parte del currículo en las universidades indias. Aún así, sigue siendo una figura oscura en la historia y muchas cosas sobre su vida siguen siendo desconocidas.
Un nuevo libro titulado Iru: La vida notable de Irawati Karve, escrito por su nieta Urmilla Deshpande y el académico Thiago Pinto Barbosa, arroja luz sobre su fascinante vida y las muchas adversidades que desafió para abrir un camino inspirador para las mujeres y hombres que vinieron después de ella.
Nacida en 1905 en Birmania (ahora Myanmar), Irawati fue nombrada en honor al río Irrawaddy. La única niña entre seis hermanos, fue mimada por su familia y criada en confort.
Pero la vida de la joven tomó giros inesperados, resultando en experiencias que la moldearían como persona. Aparte de mujeres fuertes, la vida de Irawati también se cruzó con hombres empáticos y progresistas que allanaron el camino para que rompiera barreras y la alentaron mientras lo hacía.
A los siete años, Irawati fue enviada a un internado en Pune – una oportunidad rara de su padre cuando la mayoría de las niñas eran empujadas al matrimonio. En Pune, conoció a RP Paranjpye, un prominente educador cuya familia adoptó extraoficialmente a Irawati y la crió como si fuera propia.
En el hogar Paranjpye, Irawati fue expuesta a un estilo de vida que celebraba el pensamiento crítico y la vida recta, incluso si eso significaba ir en contra de la sociedad india. Paranjpye, a quien Irawati cariñosamente llamaba “appa” o su “segundo padre”, era un hombre muy adelantado a su época.