El ex presidente del Post Office dijo en una audiencia pública que la oficina de correos era un “desastre” dirigido por ejecutivos y funcionarios del gobierno que “se arrastraban” en los esfuerzos por compensar y exonerar a los subdirectores de correos. También acusó a la organización de tener un “enorme problema cultural” con una falta de diversidad étnica y de género, y de supervisar investigaciones “vengativas” contra dos sub-directores que formaban parte del consejo de la compañía. También negó las acusaciones de haber hecho comentarios racistas y misóginos sobre los colegas del Post Office, diciendo que había sido “profundamente herido” por una investigación interna que, según él, fue utilizada como pretexto por la Sra. Badenoch para destituirlo.