“
Por Max A. Cherney, Jeffrey Dastin, Dawn Chmielewski, Fanny Potkin y Stephen Nellis
(Reuters) – Hace tres años, Pat Gelsinger asumió el cargo de CEO de Intel (NASDAQ:) con la esperanza de revivir el icono industrial estadounidense. Pronto cometió un gran error.
Intel tenía un buen acuerdo con TSMC de Taiwán, el gigante fabricante de semiconductores para otras empresas. TSMC fabricaría chips que Intel diseñaba pero no podía producir. Y ofrecía grandes descuentos a Intel, según cuatro personas con conocimiento del acuerdo.
En lugar de fomentar la relación, Gelsinger – que espera restaurar las propias capacidades de fabricación de Intel – ofendió a TSMC al mencionar las precarias relaciones de Taiwán con China. “No quieres tener todos tus huevos en la cesta de una fábrica en Taiwán”, dijo en mayo de 2021, utilizando jerga de la industria para una planta de fabricación de chips. En diciembre, alentar la inversión estadounidense en fabricantes estadounidenses de chips, dijo en una conferencia de tecnología: “Taiwán no es un lugar estable”.
En público, TSMC minimizó los comentarios, con su fundador diciendo que Gelsinger era “un poco grosero”. En privado, TSMC dijo que ya no honraría el descuento, dijeron las fuentes: aproximadamente un 40% de los $23,000, 3-nanómetros wafers en los que TSMC imprimiría chips para Intel. Intel tuvo que pagar el precio completo, reduciendo su margen de beneficio en el acuerdo.
Consultado sobre el episodio no informado anteriormente, Intel dijo que TSMC es un socio importante con el que tiene una “relación comercial saludable hoy en día”. TSMC le dijo a Reuters que Intel es un cliente importante.
El agravio de Gelsinger a Taiwán fue parte de una serie de pasos en falso durante su tiempo como CEO de Intel. Heredó una empresa problemática que había perdido su ventaja en habilidades de fabricación y había cedido a los rivales los mercados enormemente lucrativos de los chips utilizados en teléfonos móviles e inteligencia artificial. Pero Gelsinger agravó esos problemas.
Esta cuenta de su difícil mandato se basa en entrevistas con unas cuatro docenas de actuales y antiguos empleados y ejecutivos de Intel, así como en videos internos de la empresa, documentos de proveedores y registros regulatorios.
Gelsinger estableció expectativas muy altas para las capacidades de fabricación y IA de Intel entre sus principales clientes, pero no cumplió, perdiendo o cancelando contratos o sin poder entregar los productos prometidos. Emitió proyecciones públicas optimistas para acuerdos de chips de IA que eran mucho más altas que las previsiones de ventas internas de Intel, dicen fuentes de la empresa.
Y al igual que TSMC, Gelsinger trató de transformar a Intel en un “foundry”, una operación que fabrica chips diseñados por otras empresas. Pero los esfuerzos de Intel por recuperar el liderazgo en la fabricación con un proceso de producción de chips llamado 18A han enfrentado retrasos y problemas técnicos, y algunos clientes hasta ahora han declinado utilizarlo.
Intel se negó a hacer que Gelsinger estuviera disponible para una entrevista.
‘CINCO RAZONES PARA CREER’ Luego, traducción pendiente.