Alemania, Gran Bretaña y al menos otros cuatro países dijeron el sábado que suspendían la financiación para la agencia de las Naciones Unidas que proporciona alimentos, agua y servicios esenciales para civiles palestinos en la Franja de Gaza, muchos de los cuales han sido descritos como al borde de la inanición después de 16 semanas de guerra entre Israel y Hamás. Los países se unieron a los Estados Unidos, que dijo el viernes que retendría la financiación para el grupo, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, o UNRWA, después de que Israel acusara a una docena de sus empleados de participar en los ataques del 7 de octubre. Las Naciones Unidas no han hecho públicos los detalles de las acusaciones contra los empleados de la UNRWA, que han sido despedidos, pero un alto funcionario de la ONU, informado sobre las acusaciones las llamo “extremadamente serias y horribles”.Mientras el ejército Israelí declaró el sábado en un comunicado que sus servicios de inteligencia habían recopilado un caso “incriminatorio de varios empleados de la UNRWA por su presunta participación en la masacre, junto con pruebas que apuntaban al uso de las instalaciones de la UNRWA con fines terroristas”. No detallaron en qué consistía esa participación. En el anuncio de la pausa en la financiación, el mayor donante de la agencia, los Estados Unidos, dijo que estaban revisando las acusaciones y los pasos que las Naciones Unidas están tomando para abordarlas. Los gobiernos de Australia, Canadá, Finlandia e Islandia también dijeron que estaban suspendiendo la financiación de la agencia. Philippe Lazzarini, jefe de la UNRWA, calificó la suspensión como “castigo colectivo” para Gaza y advirtió que si no se restablecía la financiación, afectaría negativamente a su programa de asistencia humanitaria. “Es impactante ver una suspensión de fondos a la agencia en reacción a acusaciones contra un pequeño grupo de personal”, dijo en un comunicado, “especialmente dado el acción inmediata que tomó la UNRWA al terminar sus contratos y pedir una investigación independiente transparente”.
Durante meses, las agencias de inteligencia estadounidenses han tenido conocimiento de vagas acusaciones de que algunos de los 13.000 empleados de la UNRWA podrían estar trabajando con Hamás o incluso potencialmente involucrados en el ataque terrorista del 7 de octubre. Según funcionarios estadounidenses, fue solo esta semana que las Naciones Unidas e Israel compartieron una inteligencia detallada y específica con el Departamento de Estado y la Casa Blanca, incluidos los nombres de las personas despedidas. Los funcionarios estadounidenses dijeron que la declaración and dura y la acción para retener la financiación de la agencia de ayuda no fue el resultado de ninguna revisión formal de la inteligencia israelí por parte de las agencias de espionaje estadounidenses. Los expertos dicen que, a pesar de estas tensiones, algunos funcionarios de seguridad israelíes aceptan en privado los beneficios de la existencia de la UNRWA. The New York Times.