KINGSTON (Reuters) -El huracán Beryl avanzaba hacia las Islas Caimán y México el jueves, después de golpear a Jamaica con vientos y lluvias que causaron inundaciones y cortes generalizados de energía y dejando un rastro mortal de destrucción en varias islas más pequeñas del Caribe.
Hasta ahora, Beryl ha dejado al menos 10 personas muertas, pero se espera ampliamente que ese número aumente a medida que se restablezcan las comunicaciones en las islas devastadas por las inundaciones y los poderosos vientos.
La pared del ojo de Beryl rozó la costa sur de Jamaica, golpeando a las comunidades como un poderoso huracán de Categoría 4 en la escala de vientos del huracán de cinco pasos Saffir-Simpson, mientras los trabajadores de emergencia evacuaban a personas de áreas propensas a inundaciones.
“Es terrible. Todo se ha ido. Estoy en mi casa y tengo miedo”, dijo Amoy Wellington, una cajera de 51 años que vive en Top Hill, una comunidad agrícola rural en el sur de la parroquia de St. Elizabeth. “Es un desastre”.
Beryl se alejó de Jamaica temprano el jueves. A eso de las 1200 GMT, el huracán de Categoría 3 estaba a 50 millas (80 km) de Gran Caimán y a unos 385 millas (620 km) de Tulum, México, según el Centro Nacional de Huracanes de EE. UU.
Beryl llevaba vientos máximos de 130 mph (209 km/h) y se esperaba que arrojara 4 a 6 pulgadas (10-15 cm) de lluvia en las Islas Caimán, donde eran posibles olas y corrientes de resaca peligrosas, según el NHC.
Se emitió una advertencia de huracán para la costa este de las Islas Caimán y la península de Yucatán en México.
Los centros turísticos de México de Cancún y la península de Yucatán más amplia se encuentran en el camino previsto de Beryl. El aeropuerto de Cancún estaba abarrotado de turistas que esperaban tomar los últimos vuelos antes de que llegara la tormenta. Los trabajadores llenaban bolsas con arena y tapiaban puertas y ventanas de negocios para protección.
El Ministerio de Defensa de México abrió alrededor de 120 refugios para tormentas y pidió a los visitantes que siguieran las instrucciones de evacuación u otras medidas.
Beryl es el primer huracán de la temporada del Atlántico de 2024 y en su punto máximo a principios de esta semana fue el huracán de Categoría 5 más temprano registrado. Un huracán de Categoría 5 trae vientos de 157 mph (252 km/h) o más, capaces de causar daños catastróficos, incluida la destrucción de hogares e infraestructura.
JAMAICA Y PEQUEÑAS ISLAS
En Jamaica, los principales aeropuertos de la isla estaban cerrados y las calles estaban mayormente vacías después de que el Primer Ministro Andrew Holness impusiera un toque de queda para el miércoles, el cual se extendió hasta el jueves mientras continuaban las condiciones de tormenta. Al menos una persona fue reportada muerta en la tormenta.
Cerca de 1,000 personas estaban en refugios para el miércoles por la noche, dijo Richard Thompson, director general interino de la agencia de desastres de Jamaica en una entrevista en las noticias locales.
La tormenta golpeó San Vicente y las Granadinas a principios de semana. El Primer Ministro Ralph Gonsalves dijo en una entrevista de radio que la Isla de la Unión fue “nivelada” y que sería un “esfuerzo hercúleo” reconstruirlo.
Hubo al menos tres fatalidades confirmadas y el daño a los cultivos fue generalizado, informaron funcionarios de alto rango a Reuters. La Isla de la Unión sufrió la destrucción de más del 90% de los edificios.
En Granada, el Primer Ministro Dickon Mitchell describió condiciones “apocalípticas” después de que la tormenta impactara a principios de semana, sin electricidad y con destrucciones generalizadas, y también confirmó tres muertes.
El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo en televisión estatal que tres personas habían muerto, cuatro estaban desaparecidas y más de 8,000 hogares resultaron dañados.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) ha pronosticado un gran número de huracanes importantes en una temporada “extraordinaria” este año. La temporada va desde principios de junio hasta finales de noviembre
El poder destructivo de Beryl, al llegar tan temprano en la temporada de huracanes, subraya las consecuencias de un Océano Atlántico más cálido, que los científicos citan como un signo del cambio climático causado por el ser humano que alimenta el clima extremo.