Según observadores, esto debilita significativamente el movimiento pro-democracia de la ciudad y el estado de derecho, y permitir a China consolidar el control de la ciudad. Los Estados Unidos han descrito el juicio como “políticamente motivado”.
Los gobiernos de Beijing y Hong Kong argumentan que la ley es necesaria para mantener la estabilidad y niegan que haya debilitado la autonomía. También dicen que las condenas sirven como advertencia contra las fuerzas que intentan socavar la seguridad nacional de China.
El caso ha atraído un gran interés de los residentes de Hong Kong, decenas de los cuales hicieron cola fuera del tribunal días antes de la sentencia para asegurar un lugar en la galería pública.
En 2020, cientos de miles de hongkoneses votaron en unas elecciones primarias no oficiales para las elecciones del Consejo Legislativo. Fue organizado por activistas pro-democracia para aumentar las posibilidades de la oposición de bloquear los proyectos de ley del gobierno pro-Beijing.
Los activistas argumentaron que sus acciones eran legales. Pero los funcionarios acusaron a los activistas de intentar “derrocar” al gobierno, y los jueces en su sentencia estuvieron de acuerdo con el argumento de la acusación de que el plan habría creado una crisis constitucional.
El martes, el tribunal dictó sentencias que van desde cuatro a diez años. Tai, un ex profesor de derecho que ideó el plan para la elección primaria no oficial, recibió la sentencia más larga.
Otros prominentes líderes pro-democracia convictos incluyen a Gwyneth Ho, una ex periodista que incursionó en la política, y a los ex legisladores Claudia Mo y Leung Kwok-hung. Recibieron condenas de entre cuatro y siete años de prisión.