Políticos, dignatarios y celebridades se unieron a miembros del público el sábado en un funeral de estado para honrar a Brian Mulroney, uno de los primeros ministros más influyentes de Canadá que en la década de 1980 solidificó los lazos comerciales con Estados Unidos y habló en contra del apartheid en Sudáfrica.
El primer ministro Justin Trudeau, el ex Secretario de Estado de EE. UU. James Baker, así como la gran estrella del hockey Wayne Gretzky, estuvieron entre los asistentes en la Basílica de Notre-Dame de Montreal. Mulroney, quien falleció el 29 de febrero a los 84 años, fue primer ministro durante nueve años entre 1984 y 1993 y lideró el Partido Conservador Progresista de Canadá.
“Él moldeó nuestra historia. Hizo bien las grandes cosas”, dijo Trudeau a los reporteros fuera de la iglesia antes de entrar. “Tuvo un impacto enorme.”
El legado de Mulroney incluye el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado entre Canadá, Estados Unidos y México durante su mandato como primer ministro, su participación en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, el acuerdo de lluvia ácida de 1991 con EE. UU. y la introducción de un impopular impuesto sobre las ventas que representa una cantidad significativa de ingresos gubernamentales.
El funeral sigue a cuatro días de homenajes públicos en Montreal y Ottawa durante los cuales dignatarios políticos y miembros del público pasaron junto al féretro de Mulroney y expresaron sus respetos a su esposa y cuatro hijos.
“Todos los días de mi vida, mi papá me decía que yo era la mejor hija que Dios puso en esta tierra. Ahora todos sabemos cuánto le gustaba la hipérbole, pero qué suerte tengo”, dijo Caroline Mulroney, su hija, en su elogio. “Él me dio amor, confianza y fuerza … estamos desconsolados por nuestra pérdida. Lo adorábamos. Te extraño papi.”
Mulroney tenía amistades duraderas con los ex presidentes de EE. UU. Ronald Reagan y George H.W. Bush y pronunció elogios en ambos funerales.
Reagan y Mulroney se hicieron amigos como dos líderes nacionales durante la última década de la Guerra Fría. Los nueve años de Mulroney en el poder se superpusieron con los cuatro de Bush.
Fue la relación amistosa de Mulroney con sus homólogos del sur lo que ayudó a desarrollar un tratado de libre comercio, un pacto muy discutido en ese momento. El acuerdo comercial llevó a un realineamiento permanente de la economía canadiense y a enormes aumentos en el comercio norte-sur.
Mulroney fue elegido por primera vez en 1984 después de ganar la mayoría más grande en el Parlamento en la historia de Canadá, pero dejó el cargo casi una década después con la calificación de aprobación más baja en la historia de Canadá. Su partido Conservador Progresista sufrió una derrota devastadora justo después de que dejó el cargo. Pero en los años posteriores a la derrota, los primeros ministros buscaron su consejo.
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