En Haití, conforme aumenta el número de asesinatos y secuestros, incluso la policía se está escapando.
Sin ningun presidente electo en el cargo y un primer ministro ampliamente considerado ilegítimo, las llamadas para el derrocamiento del gobierno ahora están siendo escuchadas por una fuente inesperada: una brigada de oficiales armados supuestamente responsables de proteger áreas ambientalmente sensibles.
Miembros armados y uniformados de la brigada se enfrentaron a las autoridades gubernamentales en el norte de Haití esta semana, aumentando las tensiones en una nación ya volátil donde las pandillas han tomado el control de grandes extensiones de la capital, Port-au-Prince, y están causando estragos en áreas rurales.
El grupo ambiental, la Brigada para la Seguridad de Áreas Protegidas (conocida como B-SAP), se enojó después de que el primer ministro despidiera a su líder. El miércoles, los oficiales del grupo intentaron invadir la oficina local de aduanas, y las unidades de la Policía Nacional de Haití los repelieron usando gas lacrimógeno.
Los analistas están igual de preocupados por la lealtad a la que algunos de los líderes del grupo han declarado públicamente a Guy Philippe, un ex comandante de policía y conspirador de golpes de estado que regresó recientemente a Haití después de cumplir seis años en una prisión federal de los Estados Unidos.
Sr. Philippe, quien ha estado viviendo en su base de Pestel, Haití, desde su regreso, dijo que planeaba ir a Puerto Príncipe en los próximos días para realizar protestas, y esperaba que la gran mayoría de la población lo apoyara para exigir la renuncia del primer ministro, Ariel Henry.
La condición de Haití no podría ser más grave. De una fuerza de aproximadamente 15.000 oficiales, casi 3.000 policías han abandonado sus puestos en los últimos dos años, según cifras de la policía.
El año pasado más de 4.700 personas fueron asesinadas en Haití, más del doble que en 2022, y casi 2.500 fueron secuestradas. Un grupo de monjas locales estuvo detenido durante casi una semana antes de ser liberado el miércoles.
Por ahora, está claro que la situación en Haití es extremadamente grave y volátil, con la amenaza del poder se encuentra en suspenso. Es crucial que haya una cobertura periodística independiente a medida que se desarrolla esta situación compleja. Seguiremos monitoreando la situación de cerca mientras se despliega la secuencia de los eventos a medida que avanzamos.