El general también insinuó en la entrevista de amplio alcance que las autoridades sudanesas habían tenido tratos de armas con Irán, y negó que hubiera hambruna en el país.
“Cuando las partes acuerden un alto el fuego, el ejército puede detenerse”, dijo, repitiendo las demandas del ejército de que las RSF se retiren de las áreas que han ocupado.
“Que la comunidad internacional ejerza presión sobre la milicia para detener los combates y dejar las casas que ha tomado”, dijo, añadiendo que ahora estaba “más confiado” de que el ejército tenía el impulso.
Los recientes intentos diplomáticos para negociar un cese de hostilidades no han logrado progresar, reconoció esta semana el Enviado de Estados Unidos para Sudán, Tom Perriello.
“La situación es extremadamente grave y aquellos que están en la mejor posición para detenerla parecen ansiosos en lugar de acelerarla”, dijo a los periodistas en la capital de Kenia, Nairobi.
Citó alguna mejora en el acceso humanitario, señalando que un par de cientos de camiones que transportaban ayuda habían logrado llegar a áreas que anteriormente estaban bloqueadas.
“Pero obviamente necesitamos estar en una escala significativamente diferente”, dijo.
Durante muchos meses, el ejército había impedido el envío de ayuda a través de un puesto fronterizo crucial controlado por las RSF entre Chad y Darfur. En agosto acordaron permitirles reanudar y las RSF prometieron facilitar las entregas en las áreas que controlan.
El Gen Gabir negó las acusaciones de que el ejército seguía demorando la aprobación de la documentación necesaria para los grupos humanitarios, enumerando el número de visas y permisos emitidos.
Hizo hincapié en que las RSF habían saqueado bienes humanitarios y aún estaban impidiendo la entrada de ayuda a la sitiada ciudad de el-Fasher en el norte de Darfur.
Y repitió las negaciones del ejército de que hubiera hambruna en el país, culpando nuevamente a las RSF por la crisis de hambre.