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A principios de esta semana, se volvieron a examinar los planes del DOJ (Departamento de Justicia) para hacer que Google se deshaga de su navegador Chrome. Ahora que las demandas del departamento se han hecho públicas, resulta que son aún más severas de lo que se pensaba anteriormente.
No solo el DOJ quiere separar a Google y Chrome, sino que también quiere prohibir a la empresa lanzar otro navegador durante al menos cinco años. Sin duda, esto permite a los consumidores acostumbrarse al nuevo manejo de Chrome en lugar de cambiar a Chrome 2.0 o algo similar.
Además, el DOJ también quiere restringir a Google para que no pueda pagar a terceros para que su motor de búsqueda sea la opción predeterminada en sus navegadores. Todo esto se ha propuesto para romper el monopolio de Google sobre la industria de las búsquedas. Google, naturalmente, ha calificado las medidas como extremas y radicales y también ha advertido que hacer esto pondría en peligro la privacidad de los ciudadanos estadounidenses.
Google lo recordará. | Crédito de la imagen — Getty Images
La propuesta original del DOJ era mucho más severa: exigir a Google que se deshiciera de su sistema operativo Android. Afortunadamente para Google, el DOJ estuvo de acuerdo en que tal propuesta iba demasiado lejos y en su lugar se conformó con la venta de Chrome. Otras demandas también incluyen restricciones que obligarían a Google a separar Android de los servicios propios de la empresa, incluyendo la Búsqueda y la Tienda Play.
El juez Amit Mehta — que ha fallado anteriormente en contra del monopolio de búsqueda de Google — presidirá el caso. La audiencia está programada para abril del próximo año y Google sin duda intentará reducir la gravedad de las demandas del DOJ.
Todo este proceso ha suscitado tanto elogios como críticas. Mientras que algunos están de acuerdo con el DOJ y desean ver roto el monopolio de Google, otros sostienen que esto solo dará a las alternativas no estadounidenses una ventaja injusta. También hay debate sobre si Google debería ser obligado a vender algo que creó y posee, pero ese argumento se adentra en ideologías económicas más allá del alcance de esta historia.
Por último, el DOJ también ha exigido que Google sea más transparente con los anunciantes que utilizan su plataforma. Dichos anunciantes también deben tener la opción de optar por no permitir que sus datos se utilicen para entrenar los modelos de IA de Google.
Será bastante extraño ver un navegador Chrome que no sea propiedad de Google, pero el juez tendrá que fallar en contra de Google primero antes de que algo así pueda suceder.
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