Por Takaya Yamaguchi
El gobierno de Japón destacará la necesidad de trabajar en estrecha colaboración con el banco central y guiar la política de manera “flexible” ante la débil actividad de consumo y la incertidumbre sobre las perspectivas de inflación, según un borrador de su plan económico anual visto por Reuters.
“La política monetaria ha entrado en una nueva etapa”, lo que requiere que el gobierno y el Banco de Japón “continúen trabajando estrechamente y guíen la política de manera flexible de acuerdo con el desarrollo económico y de precios”, según el borrador.
Manteniendo la inflación de manera estable alrededor del objetivo del 2% del BOJ, los responsables políticos buscarán crear un entorno donde los salarios aumenten más rápido que la inflación de manera sostenida, según el borrador.
El gobierno presentará el borrador a los legisladores del partido gobernante para su deliberación, antes de ser finalizado en una reunión del Gabinete el 21 de junio.
En el borrador, el gobierno dijo que el consumo “carecía de impulso” y que las perspectivas de precios eran inciertas debido en parte al efecto de las recientes caídas del yen.
También señaló los riesgos persistentes en el extranjero, como las repercusiones del endurecimiento monetario por parte de los bancos centrales en todo el mundo y las preocupaciones sobre el suave crecimiento en China.
Japón se enfrenta a un “momento crítico” en el cambio de una economía propensa a la deflación que priorizaba los recortes de costos, hacia una en la que una mayor productividad permita a más empresas seguir aumentando los precios y salarios, según el borrador.
El gobierno presentará legislación al parlamento del próximo año para facilitar la transferencia más fluida de costos en sectores como la construcción, el transporte y la agricultura, según el borrador.
Un yen débil y el consiguiente aumento en los costos de vida de los hogares han afectado la aprobación del primer ministro Fumio Kishida, instando a la administración a resaltar sus esfuerzos para generar un mayor crecimiento de los salarios.
Por su parte, el BOJ puso fin a ocho años de tasas de interés negativas en marzo, y ha señalado que aumentaría las tasas aún más si se convence de que la inflación alcanzará de manera duradera el 2%.