En un giro sorprendente, un alto funcionario paquistaní confesó el sábado en una conferencia de prensa en Rawalpindi que ayudó a manipular los resultados de las elecciones del 8 de febrero. La noticia aumenta la sensación de que la votación fue una de las menos creíbles en la historia del país y profundiza la crisis que se apoderó del país desde que el pueblo acudió a las urnas este mes.
El funcionario, Liaquat Ali Chatha, es un alto funcionario administrativo en la provincia de Punjab, y dirige Rawalpindi, una ciudad de guarnición donde tiene su sede el ejército, y tres distritos adyacentes. Dijo que renunciaría a su cargo y se entregaría a la policía.
“Convertimos a los perdedores en ganadores, revirtiendo márgenes de 70,000 votos de candidatos independientes para 13 escaños en el Parlamento Nacional”, dijo. Sugería que otros funcionarios de alto rango habían formado parte del engaño y dijo que no podía dormir por haber “apuñalado al país por la espalda”.
La confesión de Chatha llega justo una semana después de que los paquistaníes acudieran a las urnas por primera vez desde que Imran Khan cayó en desgracia con el ejército y fue destituido por el Parlamento en 2022. La mayoría esperaba una victoria fácil para el partido respaldado por el poderoso ejército del país, pero en cambio, los candidatos alineados con Khan ganaron más escaños que cualquier otro partido.
Los éxitos de los candidatos alineados con el partido de Khan, Pakistan Tehreek-e-Insaf, o P.T.I, cambiaron ese panorama y empujaron la escena política del país a territorios desconocidos.
La confesión de Chatha parece respaldar las acusaciones de P.T.I. de que el ejército manipuló el recuento de votos en docenas de carreras, particularmente en Punjab, la provincia más poblada del país. Los líderes del partido han prometido impugnar esos resultados en los tribunales.
Con el apoyo de los seguidores de Khan, junto con miembros de otros partidos más pequeños en las provincias de Sindh y Balochistán, protestando enérgicamente contra los resultados, los líderes de P.T.I. se aferraron a las palabras de Chatha como una validación.
Atestiguando un rechazo directo al ejército, la Human Rights Commission de Pakistán, el organismo independiente del país, emitió un informe el sábado en el que expresaba graves preocupaciones sobre la credibilidad de las elecciones del 8 de febrero. El informe observó que la integridad de las elecciones fue “comprometida” por la presión de “cuotas extrademocráticas”, es decir, el ejército.
Hasta el domingo, no estaba claro qué resultaría de la conferencia de prensa de Chatha. Los funcionarios del gobierno le ordenaron el sábado que se presentara al gobierno provincial, según una directiva publicada por el gobernador de Punjab.
El mismo día, la Comisión Electoral de Pakistán, el órgano principal que conduce las elecciones en el país, rechazó las acusaciones de Chatha y ordenó una “investigación imparcial” de las quejas de manipulación de los resultados electorales.
Sin embargo, se desconoce si la policía de Rawalpindi lo había arrestado.