Fui al discurso de concesión de Harris: esto es lo que escuché de las mujeres negras

La Universidad Howard, una universidad históricamente negra en Washington, D.C., es conocida como el “Mecca”. Desde 1867, ha sido un lugar de encuentro para personas negras en los Estados Unidos y de todo el mundo. Entre sus exalumnos se encuentran el ex juez de la Corte Suprema de EE. UU., Thurgood Marshall, y la vicepresidenta Kamala Harris. Fue el lugar donde Harris eligió dar su discurso de concesión el miércoles.

Estaba allí cubriendo el evento, pero no era la primera vez que visitaba el campus de Howard. Mientras estudiaba en la Universidad de Syracuse en Nueva York, mis amigos y yo hacíamos viajes por carretera cada año al regreso a casa de Howard, que celebró su 100 aniversario en octubre. Sin embargo, la atmósfera jubilosa que normalmente rodea los eventos en The Yard, el patio principal del campus, fue reemplazada por una solemnidad el miércoles cuando la multitud se reunió para escuchar su discurso de concesión.

Personas de todas las edades y razas se encontraban en el campus donde todavía eran visibles los restos de la noche electoral. Muchas eran mujeres negras que habían asistido a la fiesta de observación de Harris la noche del martes y habían regresado a pesar de no haber dormido mucho.

“Siento que si voy a estar aquí para celebrar con ella, también debería estar aquí cuando acepte su derrota en este caso,” dijo Gaelyn Smith, de 26 años, nativa de D.C.

Este tipo de apoyo ha impulsado la campaña de Harris desde el principio cuando unos 44,000 participantes inundaron una llamada de Zoom organizada por la fundadora de Win With Black Women, Jotaka Eaddy. Esa llamada y otras coincidentes recaudaron $1.6 millones en una sola noche.

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Smith también votó por Clinton en 2016, y la derrota se siente similar. “En algún momento, tal vez me sentiré esperanzada, tal vez me sentiré diferente,” dijo Smith.

Deborah, (que no compartió su apellido), una mujer negra de unos 70 años y nativa de Washington de segunda generación, también estaba en el discurso de concesión de Harris.

“Sentí que esta era una buena manera de encontrar un cierre para mí,” me dijo. También trajo a su joven nieto, haciendo que fuera su primer evento político. “La posibilidad de tener a Kamala Harris como nuestra presidenta significaba el mundo para mí,” dijo.

Respecto a los próximos cuatro años, Deborah dijo que tiene esperanza y temor.

“Espero que podamos ver algo diferente a lo que se nos ha mostrado a lo largo de la campaña de Donald Trump,” dijo. “Pero debido a la forma en que él llevó a cabo su campaña y a las personas que lo rodean, eso me deja un poco de temor sobre lo que podría venir.”

Esperando a que Harris subiera al escenario, también escuché el llamado “Skee-Wee” mientras los miembros de su hermandad Alpha Kappa Alpha Sorority, Inc se saludaban entre sí. Fundada en 1908 en Howard, ahora cuenta con más de 1,000 capítulos en 11 países y en los 50 estados de EE. UU.

Cuando Harris subió al escenario y comenzó su discurso justo antes de las 4:30 p.m., la multitud sombría comenzó a aplaudir frenéticamente, pero muchos también derramaron lágrimas. Harris dijo que aceptar el resultado de la elección es “un principio fundamental de la democracia estadounidense”, además de la lealtad a la Constitución de EE. UU., la conciencia y Dios.

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“Sé que muchas personas sienten que estamos entrando en un tiempo oscuro,” dijo durante el discurso. “Pero por el beneficio de todos nosotros, espero que no sea así. Pero aquí está la cosa, América, si lo es, llenemos el cielo con la luz de mil millones de estrellas brillantes: la luz del optimismo, de la fe, de la verdad y del servicio.”

Mientras tomaba notas, en un momento dado, dejé mi pluma y mi libreta para consolar a una joven seguidora que comenzó a llorar. Asistentes se reunieron a su alrededor con palabras de consuelo: “Va a estar bien” y “Podemos con esto”.

Aunque los seguidores lidiaron con sus aspiraciones de una presidencia de Harris que llega a su fin, hubo un sentimiento de resistencia al salir de The Yard, y la sensación de que la historia que se hizo allí solo continuará.

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