Rusos viajaron desde lejos para ser testigos del entierro de Aleksei A. Navalny, el líder de la oposición rusa que murió en una prisión en el Ártico a los 47 años, en Moscú el viernes, en medio de una fuerte presencia policial.
Algunos dolientes coreaban su nombre. Otros decían: “¡Gracias por tu hijo!” a la madre de Navalny, Lyudmila Navalnaya, quien luchó durante días para reclamar su cuerpo. Eventualmente, las autoridades cedieron, pero el equipo de Navalny describió haber tenido que superar un obstáculo para persuadir a una iglesia, un cementerio y un coche fúnebre a participar en el entierro.
Miles asistieron al servicio, estimaron los seguidores de Navalny. Diplomáticos extranjeros estuvieron entre la multitud. Algunos rusos gritaron: “¡No a la guerra!”, arriesgando ser arrestados. El féretro de Navalny fue bajado a tierra en el cementerio al ritmo de la canción de Sinatra “My Way” y otra de la película “Terminator 2”, según el video.
Dolientes caminando hacia el cementerio Borisovskoye el viernes en Moscú durante el funeral de Navalny. Oficiales de la ley detuvieron a un hombre cerca del cementerio, abajo.
Llevando el ataúd de Navalny desde la iglesia de Moscú donde se celebró su funeral el viernes.
Colocando flores en la tumba en Moscú.
Un periodista estimó en una publicación en Facebook que “decenas de miles” de personas se habían reunido para el funeral, aunque esa cifra no pudo ser verificada.
Diplomáticos, incluido el embajador francés en Rusia, Pierre Lévy, segundo desde la izquierda, y la embajadora de EE. UU., Lynne M. Tracy, segundo desde la derecha, esperando cerca de la iglesia para el servicio.
Oficiales de policía en el techo de un edificio de apartamentos durante el entierro.
La presencia policial fuera del cementerio donde se llevaba a cabo el entierro.
Algunas personas coreaban el nombre de Navalny y agradecían a su madre por su hijo.
Agentes de la ley fuera de la iglesia después del funeral de Navalny.
Videos mostraron a la multitud arrojando flores en la carretera mientras el cortejo fúnebre salía de la iglesia hacia el cementerio.
Valerie Hopkins contribuyó con la información.