Greenland, que es la isla más grande del mundo pero tiene una población de apenas 57,000 habitantes, tiene autonomía amplia, aunque su economía depende en gran medida de subsidios de Copenhague y sigue siendo parte del reino de Dinamarca. También tiene algunos de los mayores depósitos de minerales de tierras raras, que son cruciales en la fabricación de baterías y dispositivos de alta tecnología. El corresponsal internacional senior de la Corporación Danesa de Radiodifusión, Steffen Kretz, quien ha estado informando desde la capital de Groenlandia, Nuuk, dijo que la mayoría de las personas con las que había hablado estaban “impactadas” por la sugerencia de Trump de que podría usar la fuerza militar para tomar el control del territorio. Mientras que la mayoría de las personas en Groenlandia esperaban la independencia en el futuro, él dijo que había un reconocimiento generalizado de que necesitaba un socio que pudiera proporcionar servicios públicos, defensa y una base económica, como lo hace Dinamarca ahora. “Todavía no he conocido a una persona en Groenlandia que sueñe con que la isla se convierta en una colonia de otra potencia extranjera como los EE. UU.”. Kretz le dijo a la BBC que aunque el gobierno danés había tratado de “restar importancia” a cualquier confrontación con Trump, “detrás de bambalinas siento la conciencia de que este conflicto tiene el potencial de ser la mayor crisis internacional para Dinamarca en la historia moderna”. El hijo del presidente electo, Donald Trump Jr, hizo una breve visita a Groenlandia el martes, en lo que describió como un “paseo personal” para hablar con la gente. Luego publicó una foto con un grupo de groenlandeses en un bar usando gorras pro-Trump.