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El escritor es el director ejecutivo de UniCredit
“Europa se está desvaneciendo”. Así lo dijo Ken Griffin, fundador de Citadel Securities, a principios de diciembre. “Es letárgica en comparación con Estados Unidos”, agregó. “Su economía no está creciendo. Sus cifras per cápita son horribles.” Cuando los principales financieros de Estados Unidos hacen ese tipo de evaluación sobre nuestro continente, es hora de despertar y responder.
Ha pasado un poco más de dos décadas desde la mayor ampliación de la UE. En un solo golpe, creó un mercado único de unos 450 millones de personas, promoviendo la estabilidad, la democracia y la prosperidad económica. La visión positiva de ese tiempo sigue siendo posible, pero está sin duda en peligro.
Estamos atravesando un período de desunión en la UE, sin un sentido de una dirección común. Esto es aún más preocupante cuando nos enfrentamos a la amenaza de quedar aún más rezagados respecto a Estados Unidos como resultado de los posibles aranceles del presidente Donald Trump. Y apenas necesito mencionar la gama de problemas geopolíticos que nos han afectado en los últimos años.
Como continente, estamos empezando a comprender que necesitamos unidad y un crecimiento económico mucho mejor para hacer frente a todo esto. Aquí es donde el poder del mercado único se vuelve tan evidente. Olvidamos cuánto ha impulsado la oportunidad que disfrutamos hoy en día. También fallamos en percatarnos de que esto es solo una fracción de lo que podría ser y que podría desaparecer por completo.
Los informes recientes de Enrico Letta y Mario Draghi sobre la UE nos recordaron lo que está en juego. Sin reunir recursos críticos y aumentar nuestro crecimiento estructural, la UE no puede seguir ofreciendo mejores niveles de vida. Corremos el riesgo de quedarnos rezagados respecto a otros bloques como centros de innovación y creatividad. Podríamos terminar perdiendo las libertades e ideales que tanto apreciamos.
Nuestro preciado mercado único está incompleto y necesita trabajo. Necesitamos enfocarnos en una estrategia a nivel de la UE para el crecimiento. Sin embargo, aparentemente no podemos ponernos de acuerdo en cosas simples como tener una unión de mercados de capitales o una unión bancaria para apoyar la inversión y el crecimiento. Si lo hiciéramos, muchos desafíos estructurales podrían superarse.
Es responsabilidad de los políticos de Europa impulsar estas reformas, y sin duda contarían con mi apoyo. Pero como CEO de un banco, me enfoco en lo que las empresas pueden hacer hoy. Ya tenemos los pilares de una unión bancaria, que podrían completarse rápidamente. Hemos escuchado llamados para impulsar la integración del sistema bancario de Europa para tener una mayor capacidad de financiar nueva infraestructura y crecimiento empresarial. Sin embargo, apenas hemos visto acciones al respecto.
Creo en la convergencia de nuestro sistema bancario, y con ello bancos más fuertes para Europa. Es por eso que UniCredit Group ha realizado una inversión en Commerzbank y ha hecho una oferta para comprar Banco BPM. Si bien estas son decisiones tomadas en interés de nuestros accionistas, también ponen sobre la mesa la convergencia más amplia de la UE y el futuro del mercado único.
Representan casos de prueba que preguntan si nosotros, como bloque, estamos realmente comprometidos con una mayor integración. ¿Estamos dispuestos a dar los pasos que nuestros líderes llevan mucho tiempo pidiendo o nos echaremos para atrás? La respuesta tanto contribuirá a desbloquear el crecimiento de Europa como confirmará que la acción real para hacer avanzar el mercado único sigue siendo esquiva.
Con una mayor alcance paneuropeo viene la economía de escala y la experiencia a nivel de la UE. Significa una mayor inversión de capital en empresas que necesitan financiamiento para crecer y más opciones para recaudar dinero, incluso a través de los mercados de capitales. Significa que empresas más ambiciosas y en crecimiento pueden conectarse con flujos comerciales y acceder a nuevos mercados, especialmente dentro de la UE. Significa una mayor inversión en productos y servicios para apoyar a los ahorradores. Y significa bancos más fuertes, más resilientes y más confiables.
Sin convergencia, estamos presenciando una desaceleración en la inversión, la creación de riqueza estancada y una brecha cada vez mayor entre nosotros y otros bloques. Los jóvenes abandonarán nuestro continente en busca de oportunidades en otros lugares. Corremos el riesgo de perder nuestra prosperidad a largo plazo y, con ella, la fuerza para mantener nuestros ideales de la UE.
Esto no es una solicitud de una toma de decisiones más centralizada. Todos los Estados miembros de la UE tienen sus especialidades y una experiencia profunda, no debemos entrometernos ni microgestionar. Sin embargo, debemos avanzar hacia un objetivo común de crecimiento y éxito a largo plazo y transformar nuestra visión acordada en acción sin excusas.
La futura competitividad de Europa va más allá de los sistemas bancarios y de mercados de capitales. Pero es indicativo de si Europa finalmente está preparada para unirse y poner fin a este período de bajo crecimiento en beneficio de todos. Ahora tenemos la oportunidad, y creo, el deber, de ampliar el sector bancario de Europa y con él las ambiciones de nuestro bloque. Si el genio de nuestro mercado único permanece sin cumplirse, temo que la advertencia de Draghi de una “agonía lenta” para Europa se haga realidad.