España busca a inmigrantes para impulsar la economía

Un grupo de hombres subsaharianos están juegan al bingo en una sala de conferencias de un hotel cerca de la ciudad española del norte de León. Se ríen y celebran cuando salen sus números, pero muchos de estos solicitantes de asilo tienen historias desgarradoras. Entre ellos está Michael, quien huyó de Ghana para escapar de una pelea violenta que vio a su hermana y padre asesinados. Después de viajar por tierra a Marruecos, pagó a un traficante que lo puso en una embarcación inflable atestada de gente que lo llevó a las Islas Canarias. “Estaba tan feliz, porque sabía que todos mis problemas, y la gente que intentaba matarme, estaban detrás de mí”, dice. “Porque una vez que estás en España estás a salvo”. En Ghana trabajó como empleado de una gasolinera y como responsable de una tienda. También empezó a estudiar gestión de recursos humanos, lo que espera poder continuar en España una vez que se haya instalado. “España es uno de los países más respetados del mundo”, dice. “Estar aquí es una oportunidad para mí”. Los migrantes y refugiados que intentan tomar pequeños botes hacia España a menudo deben ser rescatados. Unos 170 solicitantes de asilo se alojan en este hotel, en la localidad de Villaquilambre, que se ha convertido en un centro de acogida de inmigrantes. Son parte de las decenas de miles de personas que toman la ruta marítima entre la costa africana y España cada año. Hasta ahora este año, han llegado más de 42,000 migrantes indocumentados a España, un aumento del 59% con respecto a 2023, la gran mayoría ha emprendido la peligrosa travesía hacia las Islas Canarias. Las dificultades del archipiélago para gestionar estos grandes números han contribuido a un acalorado debate político sobre la inmigración, reflejando el de muchos otros países europeos. En España, la controversia es impulsada en gran parte por el partido de extrema derecha Vox, que describe frecuentemente la tendencia como una “invasión”. Sin embargo, las llegadas también han resaltado una importante fuente potencial de mano de obra para una economía que enfrenta grandes desafíos demográficos. Javier Díaz-Giménez, profesor de economía en la escuela de negocios IESE y experto en pensiones, dice que una explosión de bebés que duró desde mediados de los 50 hasta finales de los 70 ha creado una generación de españoles que se están acercando a la edad de jubilación, y el “colapso” de nacimientos que siguió significa que no hay suficientes trabajadores para reemplazarlos. “Los próximos 20 años serán críticos, porque cada vez más personas se jubilarán”, dice. “Según el escenario demográfico más reciente, 14.1 millones de personas se jubilarán durante ese tiempo”. Una forma de abordar el déficit de mano de obra, dice, es imitar el tipo de modelo económico implementado por Japón, que tiene una tasa de natalidad similarmente baja, invirtiendo fuertemente en algoritmos y máquinas. La alternativa obvia a eso es la inmigración. “Si quieres hacer crecer el PIB, si quieres pagar pensiones para todos los baby boomers que se jubilan, necesitas hacer crecer el PIB de una manera diferente a como lo estamos haciendo ahora, porque no habrá tanta gente, a menos que los traigamos mediante la inmigración”, agrega el profesor Díaz-Giménez. El Banco Central de España ha calculado el déficit laboral proyectado. En un informe publicado en abril, dijo que el país necesitará alrededor de 25 millones de inmigrantes en los próximos 30 años. El gobierno español de izquierda también ha argumentado económicamente a favor de los inmigrantes, con el primer ministro Pedro Sánchez describiéndolos como representando “riqueza, desarrollo y prosperidad” para su país, durante una reciente gira por Mauritania, Gambia y Senegal. “La contribución de los trabajadores migrantes a nuestra economía es fundamental, al igual que la sostenibilidad de nuestro sistema de seguridad social y pensiones”, dijo. La coalición del Sr. Sánchez espera que una propuesta para legalizar el estatus de hasta 500,000 migrantes indocumentados, principalmente de América Latina, sea aprobada por el parlamento. España ha visto nueve regularizaciones masivas de este tipo en su era democrática, la más reciente en 2005 bajo un gobierno anterior liderado por el Partido Socialista Obrero Español. Sin embargo, las necesidades económicas del país contrastan con la percepción de la inmigración de los españoles ordinarios. Una nueva encuesta muestra que el 41% de las personas están “muy preocupadas” por el fenómeno, convirtiéndolo en su quinta mayor preocupación después de la inflación, la vivienda, la desigualdad y el desempleo. Aunque solo el 9% de los españoles asocian a los inmigrantes con el progreso económico, el 30% los relacionan con la inseguridad, y el 57% creen que hay demasiados de ellos. Villaquilambre, mientras tanto, es un ejemplo de cómo los nuevos llegados indocumentados pueden integrarse en la fuerza laboral. A los solicitantes de asilo se les permite trabajar seis meses después de su llegada a España. Antes de recibir la autorización para empezar a trabajar, nos enfocamos en que aprendan español, además de ofrecerles cursos de formación y clases de prevención de riesgos”, dice Dolores Queiro, de la Fundación San Juan de Dios, la organización no gubernamental que gestiona el centro de acogida de inmigrantes en Villaquilambre. “Cuando se acerca la fecha en que pueden empezar a trabajar, nos ponemos en contacto con diferentes empresas, y ellas también se ponen en contacto con nosotros, y comenzamos a buscar empleo para ellos.” Las empresas se ponen en contacto, dice, “porque saben que tenemos personas aquí que quieren trabajar”. Makan, de Mali, acaba de empezar a trabajar para un negocio local, GraMaLeon, que fabrica paredes, baños y encimeras de cocina de mármol y granito. Viaja la corta distancia desde el hotel hasta la fábrica cada día en un scooter eléctrico. “Estoy feliz de estar trabajando”, dice, en un español entrecortado, después de completar un turno cargando losas de mármol alrededor de la fábrica. Ramiro Rodríguez Alaez, copropietario del negocio, que emplea a unas 20 personas, dice que encontrar trabajadores no es fácil. “Necesitamos mucha mano de obra en esta profesión. Pero es duro, hace frío, tienes que levantar peso, así que no es un trabajo que muchos jóvenes de aquí quieran hacer. No hay muchas empresas en esta industria por aquí, pero las que existen todas necesitan trabajadores. Todos estamos buscando gente de la zona y no las encontramos.” Agrega: “Los inmigrantes proporcionan una fuente importante de mano de obra para nosotros”. ¡Lee más historias de negocios y tecnología globales aquí!

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