En la turbulenta política de Pakistán, desde hace mucho tiempo se ha sostenido que Alá, el ejército y América tienen influencia sobre quién ostenta el poder. Los seguidores de Imran Khan, el encarcelado ex primer ministro, están ahora depositando sus esperanzas en su liberación, sin importar lo fantasioso que sea, en la carta salvaje entre los tres: la nueva administración de Donald J. Trump. No está claro por qué el Sr. Grenell, que no respondió de inmediato a una solicitud de comentario, ha adoptado la causa del Sr. Khan. Los seguidores acérrimos de Khan ven paralelismos entre él y Trump, presentándolos como forasteros asediados por élites arraigadas. Cortejar la intervención estadounidense es un cambio llamativo para P.T.I., que durante mucho tiempo se ha autodenominado como crítico de las políticas de EE. UU. Los funcionarios de la coalición de gobierno de Pakistán han desestimado las expectativas de P.T.I. para la próxima administración de Trump como fantasía.