En Nueva Zelanda, los Guardianes Maoríes Adoptan un Enfoque Diferente Hacia el Crimen.

Como periodista con experiencia, así es como traduciría el contenido a HTML.

Durante una reciente noche en un distrito nocturno en Auckland, la ciudad más grande de Nueva Zelanda, Joanne Paikea detectó una posible altercación o incluso un arresto. Dijo: “Oye, sabes que la policía está detrás de nosotros”. Para calmar la creciente tensión entre dos grupos. “Entonces, o me escuchas, o te arrestamos. Es tu elección. ¿Qué quieres? ¿Ir a casa a comer algo o ir a la celda?”

La Sra. Paikea es una Warden Maorí, una de aproximadamente 1,000 voluntarios indígenas en toda Nueva Zelanda que atienden a los vulnerables, calman a los airados y, en ocasiones, intervienen con los violentos, trabajando independientemente de – pero en conjunto con – la policía.

Desde que el nuevo primer ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon, asumió el cargo, el papel de la policía ha sido objeto de escrutinio. Este asumió el cargo en el mes pasado, diciendo en su discurso de victoria que restaurarían la ley y el orden.

Los Maori Wardens dicen que prefieren el respeto y la compasión en lugar de la coerción más enérgica, y se les ha pedido que usen chalecos a prueba de cuchillas por primera vez en meses recientes. Y con el nuevo enfoque más punitorio del crimen del gobierno entrante, se dice que los delincuentes parecen no tener miedo a la policía.

Estas acciones que se han atribuido a la crisis por parte de los líderes del partido han sido cuestionadas por expertos, quienes han planteado dudas sobre la necesidad de tal cambio y los efectos que podría tener en la resolución de los problemas subyacentes.

LEAR  Después de que su hermana se casara a los 11, una niña comenzó a luchar contra los matrimonios infantiles a los 13.

El enfoque en Nueva Zelanda parece destacar a los gang members, muchos de los cuales son maoríes o isleños del Pacífico que sufren de pobreza urbana, regiones en las que los Maori Wardens han estado activos desde hace un siglo. La mayoría de estos Wardens son mujeres mayores de 40 años y conocen de primera mano la difícil situación económica en la que se encuentran varios sectores de la población. Se podría concluir que estas comunidades realmente necesitan un cambio.