Víctimas de motocicletas y áreas de conflicto: así es como se ve la Ciudad de Guatemala en muchas áreas. Los autobuses lanzan humo mientras que la seguridad privada monitorea las calles y los soldados armados custodian las puertas. Sin embargo, en medio de la anarquía, existe un remanso de paz llamado Ciudad Cayalá, una utopía creada por una de las familias más ricas de Guatemala. Esta zona aislada y próspera es un oasis para su reducida comunidad, pero atrae críticas debido a las preocupaciones de desigualdad y acceso a espacios urbanos.
Ciudad Cayalá, un lugar donde las calles son tranquilas y ordenadas, las tiendas son lujosas y las casas asequibles… si formas parte de la pequeña élite adinerada del país o si eres extranjero, como los diplomáticos estadounidenses de la gran embajada que se encuentra cerca.
Sin embargo, muchos críticos se oponen a esta área, argumentando que es difícil de llegar en transporte público y que atrae inversión en un país plagado de crimen.
A pesar de que Cayalá ha ganado premios internacionales por su diseño innovador y espacios compartidos, se ha convertido en el foco de un acalorado debate sobre el papel de la arquitectura y el urbanismo en una de las naciones más desiguales de América Latina.
La ciudada comenzó a tomar forma hace más de una década y ha generado controversia debido a su impacto ambiental y su papel en la desigualdad social. Aunque es visitada por personas de diferentes orígenes, en su núcleo, Cayalá es un lugar de exclusión diseñado para una minoría privilegiada del país.