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Elon Musk enfrenta acusaciones de que vendió ilegalmente $7.5 mil millones en acciones de Tesla en el cuarto trimestre de 2022, sabiendo que la empresa decepcionaría después de prometer a los inversores un “épico final de año”.
En una demanda presentada ante un tribunal de Delaware la semana pasada, el accionista Michael Perry acusó tanto al CEO de vender deliberadamente casi 45 millones de acciones antes de los pobres datos de ventas de vehículos para evitar una caída del 55% en el valor, como a casi toda la junta directiva de violar colectivamente su responsabilidad como directores hacia los accionistas.
“Al disponer de $7,530,113,926 en acciones de Tesla en noviembre y diciembre de 2022, cuando tenía información material no pública adversa, E. Musk aprovechó su posición en Tesla y violó sus deberes fiduciarios hacia la empresa,” afirma la demanda, añadiendo que otros directores también fueron “conscientes y culpables”.
A diferencia de ventas anteriores de acciones de Tesla por parte de los insiders, estas no fueron el resultado de un plan de negociación Regla 10b5-1, que elimina la discreción sobre el momento de un insider y la pasa a un corredor de terceros.
Las acciones de Tesla cayeron a un mínimo de dos años el 3 de enero de 2023, después de la publicación de los datos de ventas de autos.
Está pidiendo que las ganancias ilegales de Musk —que el demandante estima en $3 mil millones— sean devueltas a la empresa a través del decomiso, y está buscando daños y perjuicios de los ocho directores en ese momento por su “desprecio imprudente”.
Las acusaciones de negociación de información privilegiada son el último dolor de cabeza legal de Musk después de la sentencia de enero que anuló su votación de accionistas de 2018 para un acuerdo de compensación récord. Tesla volverá a realizar la votación en la reunión anual del 13 de junio.
Los “medidores implacables” de Tesla sabían que el cuarto trimestre decepcionaría
El punto central del argumento de Perry es establecer el motivo a través de las afirmaciones de que Musk sabía 1) que todavía necesitaba liquidar acciones al precio más alto posible para cubrir un préstamo para la compra de Twitter y 2) que las ventas del cuarto trimestre estaban muy por debajo de sus expectativas optimistas de octubre de 2022 (Fortune incluso predijo eso en ese momento).
Justo días después de presumir sobre la “excelente demanda del cuarto trimestre”, redujo los precios en China —el primero de muchos aún por venir.
Es posible que Musk haya sido consciente de la disminución de las ventas debido a lo que su ex jefe de tren motriz Drew Baglino describió en marzo pasado como una cultura corporativa compuesta por “medidores implacables”, todos aprovechando datos en tiempo real para aumentar las ventas y optimizar todos los aspectos del negocio de Tesla.
“No estoy seguro de que haya alguna empresa en la Tierra que tenga mejores datos en tiempo real que Tesla,” dijo Musk durante la llamada de inversores del primer trimestre del año pasado. “Nuestro dedo en el pulso es en tiempo real y no tiene latencia.”
Musk llegó a decir que examina personalmente los resultados de cada cambio de precio para garantizar que la producción pueda equilibrar continuamente la demanda, aumentando cuando Tesla tiene demasiados pedidos y disminuyendo cuando tiene muy pocos.
“Vemos lo que sucede inmediatamente y ajustamos el curso. Estamos pensándolo literalmente todos los días,” continuó. “Los siete días de la semana reviso ese correo electrónico y lo hace el resto del equipo.”
Utilizando su lógica, el CEO sabría que Q4 no cumpliría con las expectativas del mercado y vendió sus acciones de todos modos.
La demanda de Perry argumentó que era razonable inferir que lo hizo para evitar perder dinero, después de haber prometido nada menos que un “épico final de año” solo semanas antes.
“Musk vendió estas acciones antes de que la información no pública en su posesión pudiera ser divulgada públicamente y afectar el precio de las acciones de la empresa,” afirma la demanda.
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