En las últimas semanas, la gente ha salido a las calles de la capital, Túnez, para protestar contra el presidente Saied y exigir elecciones libres y justas.
Aunque Zammel, quien lidera el pequeño partido liberal Azimoun, fue encarcelado por falsificar firmas de votantes en su documentación de candidatura, su nombre aún aparecerá en la papeleta de votación.
Ha negado los cargos, informa la agencia de noticias Reuters.
El otro candidato, el ex legislador Zouhair Maghzaoui, había sido partidario de la toma de poder de 2021 del presidente, pero luego se convirtió en crítico.
“Las autoridades tunecinas están librando un claro asalto previo a las elecciones contra los pilares de los derechos humanos”, dijo Agnès Callamard, secretaria general del grupo de derechos Amnesty International.
La Sra. Yerkes le dijo a la BBC que el líder de Túnez había “desmantelado sistemáticamente una década de progreso democrático”.
Pero inicialmente fue visto bajo una luz muy diferente.
Cuando Saied, un aclamado académico legal, ganó más del 70% de los votos presidenciales en 2019, prometió “una nueva Túnez”.
Representaba “a los no élites en Túnez” e intentaba “ser una voz para las poblaciones más marginadas”, dijo la Sra. Yerkes.
La economía rejuvenecida y la reducción de la corrupción fueron algunas de las promesas que hizo después de su victoria.
Cuando se le preguntó qué haría por la economía, le dijo a un periódico local, externo, que “empoderaría al pueblo con herramientas”. No especificó qué herramientas serían.
Apodado “el profesor”, contaba con un inmenso apoyo, especialmente entre los jóvenes desilusionados por las interminables disputas de las clases políticas.
Pero en 2021, inició lo que los expertos describen como un “autogolpe” cuando destituyó al parlamento y asumió todo el poder ejecutivo.
Justificó sus acciones diciendo que necesitaba nuevos poderes para romper el ciclo de parálisis política y decadencia económica.
Ese mismo año negó tener aspiraciones autoritarias en una entrevista con el New York Times cuando citó al ex presidente francés Charles de Gaulle diciendo: “‘¿Por qué crees que, a los 67 años, iniciar un carrera como dictador?'”.
Bajo el gobierno de Saied, Túnez ha bajado del lugar 53 al 82 en el índice de democracia de la Unidad de Inteligencia de The Economist, que mide las libertades políticas y el pluralismo.
“Ya ha devuelto a Túnez a la autocracia”, dijo la Sra. Yerkes.