Partidarios de otro partido opositor, el Paraguas para el Cambio Democrático (UDC), que obtuvo la segunda mayor parte de los votos en 2019, salieron en gran número en el norte de la capital, Gaborone. Vestidos con camisetas azul y blanco y sombreros de sol, vitorearon al líder Duma Boko. A diferencia de Masisi, Boko permaneció generalmente serio, para enfatizar cuánto sufre la gente bajo el BDP. Alegó que hubo intentos de manipular la votación. “Les insto a todos a estar atentos y después de votar para sacar al BDP, permanezcan en la estación electoral para vigilar su voto”, dijo. Thapelo Dimpe, un ex profesor de 45 años, no tiene dudas sobre por qué quiere ver derrotado al partido del presidente. “Masisi nos ha decepcionado en la reforma educativa. La UDC planea invertir en nuestras escuelas y empoderar a nuestros jóvenes con la educación que se merecen”, dijo. Aunque el gobierno tiene una serie de problemas que podrían afectar su apoyo, las divisiones en la oposición podrían permitir que el BDP se mantenga en el poder. Cada diputado es elegido mediante un sistema de mayoría simple, lo que significa que para ganar un escaño, el BDP solo necesita el mayor número de votos en una circunscripción en lugar de más del 50%. En un distrito donde la UDC, el BCP o el BPF, o una serie de otros partidos, se postulan, podría significar que el voto de la oposición esté dividido, lo que permitiría al BDP entrar. “Estos partidos parecen tener faccionalismo en su interior, siguen llevando problemas internos a los medios, no están realmente unidos”, dijo el analista político Lesole Machacha a la BBC. Pero también señaló que el BDP tenía sus propios problemas. “El partido gobernante no está 100% intacto, también tiene problemas. En algunas circunscripciones, los políticos del BDP que no estaban contentos con el proceso primario se presentan como candidatos independientes, lo que podría dividir ese voto”, dijo Machacha. Todo esto hace que las elecciones sean reñidas e impredecibles, añadió. Para uno de los partidos políticos más exitosos de África, la pregunta ahora es si suficiente gente está convencida de que puede supervisar el cambio que el país necesita.
