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MANILA (Reuters) – El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr, dijo el viernes que cualquier denuncia de juicio político contra su vicepresidenta Sara Duterte solo distraería al Congreso y no ayudaría a la gente, en declaraciones que generaron críticas de algunos legisladores.
Sara Duterte, quien hizo amenazas contra la vida del presidente durante el fin de semana, está siendo investigada legislativamente por presunto mal uso de fondos públicos. Renunció a su cargo en el gabinete como secretaria de educación en junio y ha negado haber hecho algo incorrecto.
Una coalición de legisladores de izquierda condenó la declaración de Marcos, calificándola de “un descarado intento de influir en el Congreso” después de que desalentara los procedimientos de juicio político contra Duterte.
“¿Por qué perder tiempo en eso?”, dijo Marcos a los reporteros. “Ninguno de estos ayudará a mejorar la vida de un solo filipino. Por mi parte, es una tormenta en un vaso de agua.”
En respuesta, los representantes France Castro, Arlene Brosas y Raoul Manuel, dijeron que están “listos y preparándose para el juicio político” e instaron al Congreso a afirmar su independencia y responsabilizar a los funcionarios.
“La vicepresidenta Duterte debe rendir cuentas”, advirtieron los legisladores, instando al Congreso a no convertirse en un “sello de goma del poder ejecutivo”.
La ruptura de Duterte con Marcos y su primo, el presidente de la Cámara Martin Romualdez, ha estado en el centro de una amarga disputa política desde el colapso de una poderosa alianza entre sus familias que llevó a la victoria arrolladora de Marcos en las elecciones de 2022.
En medio de una creciente tensión, un grupo de organizaciones empresariales y de la sociedad civil, incluido el prominente Makati Business Club, instó a los funcionarios públicos a ejercer moderación y priorizar el bienestar público sobre los intereses políticos.
“Recurrir a amenazas, retórica incendiaria o cualquier forma de violencia no tiene cabida en una nación fundada en el estado de derecho”, dijo el grupo en un comunicado.
El sábado, Duterte dijo que había contratado a un asesino para matar al presidente, a su esposa y a Romualdez, en caso de que ella misma fuera asesinada, lo que provocó una fuerte reprimenda de Marcos.
Las autoridades policiales citaron a Duterte para un interrogatorio sobre la declaración el viernes, pero la vicepresidenta no se presentó y pidió una nueva fecha. Sus abogados dijeron que tenía asuntos de oficina que requerían su atención urgente.
Cuando se le preguntó si su relación con la vicepresidenta era irreparable, Marcos respondió: “Nunca digas nunca.”
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