En la era digital, donde las empresas y los consumidores prosperan en la conectividad perfecta y el servicio ininterrumpido, las recientes interrupciones importantes han sonado la alarma. Desde los apagones de ChatGPT hasta otros gigantes tecnológicos luchando con tiempos de inactividad imprevistos, las repercusiones financieras de estas interrupciones pueden ser asombrosas y extenderse más allá de la pérdida monetaria. Según Dun & Bradstreet, el 59% de las empresas Fortune 500 sufren un mínimo de 1.6 horas de tiempo de inactividad cada semana, con un costo semanal que oscila entre $643,200 a $1,056,000.
Las empresas también han visto cómo sus reputaciones se ven afectadas debido a estos costosos momentos. Más allá de las pérdidas inmediatas, surge una nueva preocupación: ¿cómo pueden las empresas protegerse efectivamente contra el impacto pronunciado de futuras interrupciones? El tiempo de inactividad, el período en el que los sistemas no están disponibles o no funcionan de manera óptima, interrumpe gravemente el acceso de los usuarios a los servicios en línea, detiene la productividad de los empleados y/o evita la interacción de los clientes con una organización.
Dado que Internet es una intrincada red de sistemas, redes y aplicaciones interconectadas, estas interrupciones pueden escalar rápidamente, dañando significativamente la reputación de una organización. Las estadísticas pintan un panorama sombrío. El Análisis de Oportunidades 2023 de Forrester encontró que:
1/ 37% estimó que sus empresas perdieron entre $100,000-$499,000, y 39% perdieron $500,000-$999,999 debido a interrupciones en Internet.
2/ Las interrupciones también dañan a las empresas internamente al aumentar la rotación de empleados (55%) y reducir la productividad laboral (49%).
3/ Sin una visibilidad adecuada, las empresas experimentan un promedio de 76 interrupciones al mes.
4/ El 75% de los encuestados dijo que el IPM tendría un impacto significativo o grande en sus negocios.
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El mercado estadounidense de la inteligencia artificial tiene un valor estimado entre $87.18 mil millones y $167.3 mil millones, y su crecimiento está haciendo que el panorama digital evolucione a una velocidad vertiginosa. La creciente dependencia de las aplicaciones impulsadas por IA está poniendo el foco en la necesidad de monitoreo proactivo contra el tiempo de inactividad. El apagón del 14 de febrero de ChatGPT afectó tanto al servicio de ChatGPT como a sus clientes que estaban ejecutando chatbots basados en GPT a través de una API. Monitorear las dependencias de IA será crucial para todas las empresas, desde startups hasta grandes empresas.
Mehdi Daoudi
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Co-fundador y CEO de Catchpoint.
Caso en punto
En diciembre de 2023, la extensa base de clientes de Adobe se vio afectada por una serie de apagones en la Adobe Experience Cloud que duraron 18 horas. Si bien la IA aún no se ha incorporado a su plataforma, muchas empresas están comenzando a depender más de la tecnología, y este apagón sirve como un ejemplo de lo que podría suceder una vez que esté más profundamente integrada. De hecho, el apagón general de Adobe Experience Cloud destaca las vulnerabilidades inherentes en depender de servicios de terceros dentro de la infraestructura digital. Esta interrupción, causada por una falla en la infraestructura en la nube de Adobe, resultó en interrupciones significativas del servicio, afectando funciones críticas en múltiples plataformas.
Según Adobe, la Recopilación de Datos (Publicación de Segmentos), Procesamiento de Datos (Analítica entre Dispositivos, Procesamiento de Datos Analíticos) y Aplicaciones de Informes (Área de Análisis, Generador de Informes Heredado, Conectores de Datos, Alimentación de Datos, Almacén de Datos, API de Servicios Web) se vieron afectadas por el apagón. Durante el apagón, los usuarios experimentaron retrasos y un rendimiento lento en los diversos servicios de Adobe. Las investigaciones posteriores revelaron que la causa raíz de la interrupción se debió a problemas dentro de la infraestructura en la nube de Adobe, lo que resultó en picos de latencia y tiempos de carga prolongados para los usuarios.
La falla en la infraestructura de Adobe tuvo consecuencias de gran alcance, afectando a las empresas y usuarios que dependen de los servicios de Adobe para sus operaciones diarias. Además, Adobe corrió el riesgo de violar el Acuerdo de Nivel de Servicio (SLA) para millones de clientes. Un SLA establece un plazo definido en el cual se deben responder los tickets o se deben atender las conversaciones y llamadas. Si no se responden o se atienden dentro del plazo especificado, se produce una Violación de SLA. A menudo siguen pagos. La lealtad del cliente también puede ser puesta a prueba.
El apagón de Adobe fue más que una interrupción: sirvió como una llamada de atención para las empresas que utilizan sus servicios para reevaluar su enfoque más amplio hacia la resistencia digital. La escala del apagón, que afectó tantos servicios de Adobe, es un recordatorio valioso de la necesidad de que las empresas siempre elaboren planes de contingencia y tomen medidas proactivas para protegerse contra futuras interrupciones.