Asvin Singh
Manshika Prasad (derecha) fue proclamada Miss Fiji pero dos días después le dijeron que Nadine Roberts (izquierda) había ganado la corona
Despreciando las aguas cristalinas del Pacífico Sur, un ciclón de controversia estaba a punto de descender sobre el Pearl Resort & Spa de Fiji.
De pie en el escenario con un ramo de flores, Manshika Prasad, una estudiante de MBA de 24 años, acababa de ser coronada Miss Fiji.
Pero poco después, según uno de los jueces, las cosas en el concurso de belleza “se pusieron realmente feas”.
Feo es potencialmente un eufemismo: lo que sucedió en los próximos días vería reinas de belleza coronadas y destituidas, acusaciones salvajes lanzadas y, finalmente, la aparición de una figura misteriosa con una conexión muy personal con una de las concursantes.
La Sra. Prasad se enteró por primera vez de que algo estaba mal dos días después de su victoria, cuando Miss Universe Fiji (MUF) emitió un comunicado de prensa. Decía que se había producido una “grave violación de principios” y que “los resultados revisados” se harían públicos en breve.
Un par de horas después, se le dijo a la Sra. Prasad que no viajaría a México para competir por el título de Miss Universo en noviembre.
En cambio, la segunda finalista Nadine Roberts, una modelo y desarrolladora inmobiliaria de 30 años de Sydney, cuya madre es fijiana, ocuparía su lugar.
El comunicado de prensa alegaba que no se habían seguido los “procedimientos correctos” y que la Sra. Prasad había sido elegida en una votación fraudulenta que favorecía a una concursante “fijiana india” para ganar porque traería beneficios financieros al manager del evento.
La Sra. Prasad, angustiada, emitió un comunicado diciendo que se tomaría un descanso de las redes sociales, pero advirtió que había “mucho que el público no sabía”.
La nueva reina, por su parte, ofreció un mensaje de apoyo. “Todos estamos afectados por esto”, escribió la Sra. Roberts en Instagram, antes de agradecer a Miss Universe Fiji por su “acción rápida”.