El presidente chino Xi Jinping inicia una ofensiva de encanto en Europa en medio de la creciente incertidumbre sobre el futuro apoyo de Estados Unidos a sus aliados.

El presidente chino Xi Jinping inició un viaje de tres países a Europa el domingo con el continente dividido sobre cómo lidiar con el creciente poder de Beijing y la rivalidad entre Estados Unidos y China.

Los fabricantes de automóviles europeos están perdiendo terreno frente a los vehículos eléctricos chinos subvencionados. Los diplomáticos se preocupan por los presuntos espías chinos en las capitales europeas. Y el comercio de defensa continuo de China con Rusia preocupa a cualquiera en Europa que apoye a la devastada por la guerra Ucrania y tema que el ejército ruso no se detendrá ahí.

Pero Europa y China tienen fuertes lazos económicos —el comercio UE-China se estima en 2.3 mil millones de euros por día— y Xi parece determinado a reconstruir y profundizar las relaciones con los líderes europeos tras una prolongada ausencia provocada por la pandemia de COVID-19.

Xi comenzó el domingo en Francia, cuyo presidente quiere que Europa tenga más independencia económica y estratégica de otras potencias mundiales. Luego, el presidente chino se dirige a Serbia y Hungría, ambos considerados amigos de China y cercanos al presidente ruso Vladimir Putin, y receptores de una considerable inversión china.

El viaje de Xi será seguido de cerca en Washington en busca de señales de disminución del apoyo europeo a sus objetivos clave de política exterior. Al mismo tiempo, crece la incertidumbre en Europa sobre el futuro apoyo estadounidense a los aliados transatlánticos.

Xi fue recibido en el Aeropuerto de Orly en París por el Primer Ministro francés Gabriel Attal y por protestas de grupos que exigen a Francia presionar a China para que respete los derechos de las minorías tibetana y uigur. Activistas que buscan un Tíbet libre intentaron desplegar una pancarta el sábado debajo del Arco de Triunfo en París, y protestaron en la capital francesa al mismo tiempo que aterrizaba el avión de Xi.

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Tras llegar, Xi dijo que esperaba que la visita trajera una ‘’convergencia estratégica’’ entre China y Francia, y que desarrollar aún más sus relaciones contribuiría a una ‘’estabilidad y energía positiva en un mundo turbulento,’’ según un texto proporcionado a los reporteros en el aeropuerto.

El lunes el presidente francés Emmanuel Macron agasajará al líder chino con honores formales de una visita de estado completa. También se reunirán con la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien se espera se una a Macron en la promoción de políticas comerciales más justas y para instar a China a utilizar su influencia con Rusia para presionarla a poner fin a la guerra en Ucrania.

La UE inició una investigación el otoño pasado sobre las subvenciones chinas y podría imponer aranceles a los vehículos eléctricos exportados desde China.

China afirma neutralidad en el conflicto de Ucrania pero se ha negado a llamar invasión al ataque ruso a su vecino e incluso ha sido acusada de fortalecer la capacidad de Rusia para producir armas.