En el último mes de la campaña presidencial, el ex presidente Donald Trump está reafirmando su promesa de llevar a cabo el mayor esfuerzo de deportación masiva en la historia de Estados Unidos.
En Reading, Pennsylvania, la semana pasada, Trump recibió aplausos fervientes de la multitud de un mitin después de decir que “sacaría a estas personas” y “las deportarían rápidamente”. En Aurora, Colorado, el viernes, Trump dijo a los asistentes al mitin que “rescataría a Aurora y a cada ciudad que ha sido invadida y conquistada”.
Investigadores en inmigración, abogados y economistas han señalado inmensos problemas constitucionales, humanitarios y económicos planteados por la promesa repetida de Trump. Pero más allá del daño anticipado a las familias inmigrantes, las comunidades y las economías locales, el arresto y deportación de alrededor de 11 millones de personas es casi imposible de financiar, según un análisis de datos presupuestarios y de tribunales de inmigración de Estados Unidos por CBS News.
Incluso si el Congreso aprobara cientos de miles de millones de dólares en gastos, deportar a cada inmigrante indocumentado que vive en los EE. UU. tomaría mucho más tiempo que cuatro años, según encuentra el análisis.
El análisis de CBS News de los datos del sistema de inmigración encontró:
La detención y deportación de solo 1 millón de personas podría costar a los contribuyentes alrededor de $20 mil millones.
Deportar a 11 millones de personas durante cuatro años costaría más de 20 veces lo que la nación gastó cada año en los últimos cinco años en deportar personas que viven en los EE. UU. La mayor parte de eso sería un nuevo financiamiento que tendría que ser aprobado por la mayoría de ambas cámaras del Congreso.
Asumiendo que Trump obtendría el financiamiento y pudiera expandir rápidamente el personal de la aplicación de la ley de inmigración y los tribunales, la acumulación de casos aumentaría – no disminuiría – en millones de casos según lo ocurrido en las dos administraciones anteriores.
La propia administración de Trump, a pesar de prometer deportar a millones en 2016, deportó a 325,660 personas durante los años fiscales en los que estuvo en el cargo.