El partido gobernante de Sudáfrica, el Congreso Nacional Africano, en un notable rechazo, suspendió este lunes a su ex presidente, Jacob Zuma, por lanzar “ataques viles” contra la organización después de respaldar a un partido político rival.
Calificando el comportamiento del Sr. Zuma como “errático” y “disruptivo” antes de las cruciales elecciones nacionales de este año, uno de los principales funcionarios del A.N.C. asaltó esencialmente al ex presidente como un agente de fuerzas “derechistas” que buscan sofocar el progreso de la población negra.
“El ex presidente Zuma se está afirmando activamente como la figura principal de la contrarrevolución en Sudáfrica”, dijo Fikile Mbalula, secretario general del A.N.C., leyendo una declaración del organismo máximo de toma de decisiones del partido.
Fue un giro sorprendente de los acontecimientos para un ex luchador por la libertad que estuvo encarcelado junto a Nelson Mandela en la Isla Robben. Zuma luego ascendió al poder como líder del A.N.C. y de la nación, dispensando una retórica populista que atrajo a un ferviente seguimiento.
“Es una caracterización extraordinaria, no hay duda al respecto”, dijo Bongani Ngqulunga, quien enseña política en la Universidad de Johannesburgo y fue portavoz del Sr. Zuma cuando era presidente de la nación, sobre la declaración del A.N.C. “Sólo demuestra la alienación entre el ex presidente Zuma y el partido político que sirvió y lideró”.
Pero la suspensión, la primera vez que el A.N.C. ha tomado tal acción contra un ex presidente, también puede ser peligrosa para el partido. Los analistas y algunos miembros del A.N.C. dicen que las elecciones de este año podrían hundirlo por debajo de una mayoría absoluta por primera vez desde el fin del apartheid hace 30 años.
En las semanas posteriores a que anunciara que no votaría por su partido este año, Zuma, de 81 años, ha atraído a multitudes enormes en mítines para un nuevo partido político, Lanza de la Nación, que lleva el nombre del ala armada de la era del apartheid del A.N.C.
Los analistas dicen que el impacto del apoyo de Zuma al nuevo partido, también conocido como uMkhonto we Sizwe, o MK, era impredecible. Podría restar votos al Congreso Nacional Africano, pero también podría avivar a sus seguidores. Se espera que las elecciones sean reñidas, especialmente en la provincia natal de Zuma, KwaZulu-Natal.
“No espero que Zuma tenga un gran seguimiento nacional”, dijo Ongama Mtimka, analista político y profesor en la Universidad Nelson Mandela. Pero, dijo, “El A.N.C. está en una posición en la que no puede perder ningún apoyo, por pequeño que sea”.
La carta de suspensión a Zuma, obtenida por The New York Times, decía que había violado su juramento de membresía y la constitución del partido. Decía que había desacreditado al partido y que había colaborado con una organización política que se opone a sus objetivos. Sus acciones fueron tan graves, decía la carta, que el partido lo estaba suspendiendo de inmediato.
Mbalula acusó a Zuma de insinuar que el A.N.C. podría perpetrar fraude electoral, una retórica que “incita a una base política a fomentar disturbios sociales”, dijo.
No estaba claro de inmediato si a Zuma se le permitiría impugnar su suspensión o enfrentarse a un proceso disciplinario interno.
Lebogang Moepeng, segundo líder adjunto del Partido MK, dijo que se reuniría con Zuma el lunes por la noche para discutir su respuesta a la suspensión.
Zuma es el rostro de un partido MK que ha tratado de presentarse como más radical y populista en temas como la redistribución de tierras, pero los analistas dicen que será difícil liberarlo del A.N.C. en la mente de muchos votantes. En semanas recientes, algunos líderes del partido intentaron persuadir a Zuma para que regresara al redil, una indicación del poder que aún tiene.
Zuma ha denunciado a miembros del gobierno de Ramaphosa como “traidores” y dijo que estaba haciendo campaña por otro partido para castigarlos. “Mi conciencia no me permitirá mentir al pueblo de Sudáfrica”, dijo Zuma en una declaración leída por una de sus hijas, Duduzile Zuma-Sambudla, el mes pasado.
“Todo esto fue una total sorpresa para todos nosotros”, dijo Ramaphosa sobre la ruptura de su predecesor con el partido en una entrevista con el radiodifusor público, S.A.B.C., el lunes por la noche.
Condenado por desacato por desobedecer una orden judicial de testificar ante una investigación nacional sobre corrupción en 2021, Zuma no es legalmente elegible para postularse a la presidencia. Una ola de protestas después de su encarcelamiento llevó a algunos de los disturbios más mortales en Sudáfrica desde el fin del apartheid.
Después de pasar solo dos meses en prisión, fue liberado de la cárcel con libertad condicional médica después de que sus médicos dijeron que estaba terminalemte enfermo y no podía completar su condena de 15 meses. Un juez anuló la libertad condicional médica. Pero Zuma regresó a prisión por menos de dos horas, y luego fue liberado bajo un programa de puesta en libertad anticipada que los críticos dicen que el gobierno del A.N.C. adoptó para proteger a su ex líder de las consecuencias legales.
A principios de este año, Mbalula admitió que los líderes habían mentido por Zuma cuando un organismo independiente descubrió que había utilizado fondos estatales para mejorar su residencia en KwaZulu-Natal. Incluso al suspender a Zuma, el partido tardó en actuar contra él, dijo Mashupye Maserumule, profesor de asuntos públicos en la Universidad de Tecnología Tshwane en Pretoria.
“Zuma es una creación del A.N.C.”, dijo el profesor Maserumule.